Madrid. Sigue el Gobierno como loco tratando de que entren los inversores extranjeros en el capital de la Sareb, y sigue recibiendo la negativa por respuesta. O la comunicación es nula o las partes mantienen posturas completamente antagónicas.
Los intermediarios de esos fondos han hecho llegar al Ejecutivo español, a través de los técnicos del Ministerio de Economía y Competitividad, que con los descuentos anunciados –del 63% de media en los activos adjudicados y de apenas el 46% en los créditos– y a una rentabilidad del 14% al cabo de tres lustros, no les salen las cuentas, que necesitan más rebajas de precios para obtener una rentabilidad mínima del 20% y para obtenerla en un plazo mucho menor, desde luego no en quince años.
Otro aspecto en el que los fondos están mostrando grandes reticencias pasa por la escasa información existente sobre los activos en los que se supone deben invertir. “Es inviable que entren si el asunto no se le da resuelto, y resulta difícil cuando la banca todavía no ha filtrado ni ordenado sus activos”, apuntaba hace unos días Pablo Méndez, director de Suelo de la consultora Aguirre Newman.
Un filtro de los activos que se supone debería estar a punto antes de que finalice el año, pero que se hace difícil dada la continua modificación de los mismos, con el permanente cambio de calificación de los préstamos (de normal a subestándar, y de subestándar a dudoso) y de la llegada al perímetro de los balances de nuevos activos procedentes de ejecuciones hipotecarias tanto a particulares como a empresas que dejan de pagar los créditos. En esa fecha del 31 de diciembre, si no hay una prórroga, todas las entidades, tóxicas o sanas, tienen que haber remitido al Banco de España toda la información actualizada y detallada de activos y préstamos.
Será, sin duda, una herramienta preciosa que facilitará el trabajo de esos intermediarios que ya se están moviendo para ofrecer a los fondos interesados unas adecuadas selecciones de activos, agrupados bajo una característica común y en un ámbito geográfico concreto. Plataformas como la creada por Javier Botín, uno de los hijos del presidente del Banco Santander, están en esa línea de facilitar a los fondos tanto la intermediación exclusiva para la compra como la posterior gestión de las carteras. Lo que los fondos, en definitiva, buscan es que se lo den mascado. Llegar, poner el dinero y, en el momento oportuno, vender para obtener la mejor rentabilidad.