«Ladran, luego cabalgamos».
«A ver qué contesta Borja, que no se anda por las ramas…»
«Esto no es mas que un ataque a la desesperada, el ultimo intento de mordedura de una vibora en su estertor final…»
«Anda y que os den, panda de delincuentes…»
«¿Qué quieren Ustedes exactamente? ¿Qué les paguemos por secula seculorum todas sus mariscadas, sus golfas, sus yates, BMWs, etc…? Pues váyanse ustedes a tomar por el culo y no molesten más».
«Pero estos sinvergüenzas de dónde han salido??»
«A estos hijos de perra les tengo que responder yo».
«¡Jo! ¡Que penita! ¿Verdad? «Arquitectos, técnicos, ingenieros de edificación, empresas promotoras, (que no todas habrán sido tan malvadas…), instaladores, obreros, etc…»
Madrid. Estas han sido algunas de las respuestas que hemos recibido en relación al artículo de la semana pasada publicado en este mismo periódico a raíz de un mensaje privado que nos envió el analista inmobiliario Borja Mateo. De éste, en cambio, no hemos recibido respuesta alguna pública ni privada en la que se nos rebatan los pequeños detalles que hemos criticado; tan sólo un mensaje privado mostrando su desacuerdo con el contenido del artículo. La verdad es que esperábamos una réplica que pudiera servir para enriquecer el debate y esclarecer algunas cifras. Pero esa respuesta no ha llegado; sólo se han recibido insultos, exabruptos y comentarios que dan vergüenza ajena.
Quizá sería bueno recordar que desde MBQ Group llevamos denunciando públicamente el insostenible aumento de precios de la vivienda y el suelo desde hace tiempo, tratando además de ofrecer soluciones al respecto, y analizando los factores reales que influyen más significativamente en el precio final de la vivienda. Ni que decir tiene que uno de esos factores es el insufrible intervencionismo del Estado en la mala regulación del mercado del suelo y en la inexistente aplicación que hemos tenido de la derogada Ley del Suelo 6/1998, la cual se sigue considerando erróneamente como culpable principal del aumento de los precios de la vivienda en los últimos diez años. A nuestras críticas y objeciones sobre el particular no ha respondido nadie hasta la fecha aportando una argumentación contradictoria, críticas que por supuesto, no son de ninguna manera marginales y aisladas, sino que son compartidas por los grupos profesionales que integran el sector, si bien parecen postergadas de los medios de debate e información. Por lo visto, no se quiere entrar en el análisis real y detallado de las causas que hacen que el precio de la vivienda en España sea tan elevado; debe haber una gran cantidad de personas interesadas en que la verdad no se sepa, y parece que lo más demandado es el insulto fácil y la envidia generalizada a un sector económico que, habiendo generado muchísimo dinero y una riqueza extraordinaria para el país en los últimos años, propició que muchas personas que trabajaban en el mismo, aumentaran considerablemente sus rentas y patrimonio. Parece que los empresarios y trabajadores no pueden ganar dinero mediante sus actividades laborales, al menos, si pertenecen al Sector Inmobiliario-Constructor.
Y no nos referimos precisamente a los propietarios y especuladores del suelo, junto a la Banca, los grandes beneficiados del perjudicial intervencionismo público en la clasificación, regulación y gestión del suelo; hecho que llevamos denunciando desde hace meses sin que se aporten objeciones razonables a estas críticas. Sólo silencio. Silencio y aumento del intervencionismo público en beneficio de determinados grupúsculos empresariales, para mayor inri, con dinero público. Algo que, por cierto, no parece tan malo a los ojos del señor Borja Mateo. No tenemos ninguna duda de que en caso de continuar por este camino de reducción de déficit público a base de aumentar la presión fiscal a los trabajadores, hacer más numerosas y engorrosas las legislaciones que intervienen los sectores económicos, distorsionando así los precios de los bienes y servicios producidos, ahogando cada vez más a los pocos que todavía se mantienen a flote, en vez de recortar de una vez la ingente cantidad de gasto público destinado a labores improductivas, subvenciones a grupúsculos empresariales, etc., nuestro país puede sumirse en una depresión interminable. Aunque eso no signifique, desgraciadamente, que el precio de los bienes inmuebles se adecúe a la capacidad adquisitiva de los españoles precisamente por las causas que venimos detallando desde hace meses.
Por último, añadimos que para los profesionales del sector, -entre los que nos encontramos-; arquitectos, ingenieros, arquitectos técnicos, instaladores, obreros, electricistas, [especial mención al recientemente fallecido F.P., ahogado por la crisis y las deudas], así como a los múltiples profesionales relacionados, como notarios, registradores, consultores, abogados, publicistas, etc., nos resulta especialmente lamentable el silencio generalizado de nuestras organizaciones profesionales frente al continuo escarnio público que se viene realizando sobre el Sector Inmobiliario-Constructor español. Que a nadie le quepa duda alguna de que no será posible una recuperación sólida y efectiva de nuestra economía nacional sin la mejora de nuestro Sector Inmobiliario-Constructor, el cual ha sido, -y lo continúa siendo en menor medida-, fuente de riqueza, progreso y bienestar social, lo que no es óbice para que no tenga que depurarse de sus excesos y optimizar la calidad del producto ofrecido y de los profesionales que trabajan en el mismo. La construcción no sólo es beneficiosa económicamente, por ser una actividad enormemente productiva, sino que es fundamental para la correcta vertebración del espacio físico en que vivimos, comprendiendo desde las viviendas o los equipamientos que usamos a diario, hasta las infraestructuras de transporte, las instalaciones energéticas, o los espacios de ocio y esparcimiento. La calidad de los mismos dependerá, en última instancia, de los gustos que tengan los consumidores, que son los que en definitiva tienen la última palabra a la hora de comprar el producto inmobiliario que más satisfaga sus necesidades y gustos, poder que les confiere la facultad de depurar las aberraciones urbanísticas y arquitectónicas que lamentable e incomprensiblemente son tan habituales en nuestro país. Ellos son libres de elegir la calidad al mejor precio. Y creemos firmemente que tenemos suficientes profesionales capacitados en el Sector Inmobiliario-Constructor como para reconvertirlo en un sector productivo, de calidad y de desarrollo tecnológico y empresarial.
Mucho ánimo y fuerza para todos ellos.
MBQ Group
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