Madrid. Durante la celebración del reciente Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA10), el debate organizado por la Fundación Renovables no dejó lugar a dudas en una de sus principales conclusiones. “Las energías renovables deben ser el pilar de un nuevo modelo productivo, de una nueva economía, por la imperiosa necesidad de un cambio de modelo energético, cambio que la crisis económica convierte en oportunidad”, fue el balance de lo comentado en dicho foro que contó con la asistencia de más de un centenar de congresistas.
¿Cómo crear el millón de empleos verdes anunciados por el presidente del Gobierno sin explicar cómo? Pregunta a la que el presidente de la Fundación Renovables, Javier García Breva, intentó dar respuesta. Una cuestión que pasaría, en primer lugar, por llevar a cabo la transposición a nuestro marco legislativa de las dos últimas directivas europeas: la de Renovables de Mayo de 2009 y la de Eficiencia Energética en los Edificios de este año.
“Las renovables, pilar de un nuevo modelo productivo”, fue el título de la ponencia presentada por Joaquín Nieto, miembro del Patronato de la Fundación, quien señaló que el cambio de paradigma energético traerá consigo un importante incremento de la actividad económica en numerosos sectores empezando por dos que en nuestros país tienen un peso muy importante y están hoy en crisis: la construcción, con la rehabilitación energética de edificios que constituyen hoy el principal sumidero de energía; y el de la automoción con el desarrollo del vehículo eléctrico.
En el debate posterior a estas intervenciones, Gustavo Nombela, de la Fundación Ideas, destacó que un estudio presentado el pasado año se propugnaba un modelo de renovables para nuestro país, de cara a alcanzar una especialización productiva sostenible base de esa nueva economía. Indicó que es necesario avanzar en el almacenamiento de energía, y en otras tecnologías renovables como los biocombustibles, la biomasa o la geotermia.
Fernando Navarrete, de FAES, sin menoscabar la presencia de las renovables, quiso poner el acento en los costes actuales del desarrollo de estas energías que, según él, “están sobrepagadas” y en el origen del déficit tarifario. Navarrete cifró ese sobrecoste en un 30% más para el consumidor y restó importancia a la dependencia energética del exterior señalando que otros sectores dependen también mucho del exterior y no pasa nada.
Por último, Domingo Jiménez Beltrán, vicepresidente de la Fundación Renovables, cerró el debate en su calidad de moderador para lanzar un mensaje de optimismo señalando que el mundo avanza en esa dirección, que no podemos olvidar que países como Alemania, con unos niveles de insolación la mitad que los nuestros, está apostando a fondo por la energía fotovoltaica triplicando nuestros objetivos, sin que ello condicione su competitividad y crecimiento económico bien al contrario puesto que es el país que más lo está haciendo.