Según un recién estudio realizado por Mountpark entre los ocupantes de sus edificios logísticos, un 92% prefiere edificios adaptados al bienestar de los trabajadores que desempeñan su labor en ellos. La repercusión que tiene el diseño de los edificios en las personas que los ocupan es un factor clave, tenido en cuenta desde hace largo tiempo en la gestión de recursos humanos, en especial en otros sectores vinculados con el entorno de oficina. Sin embargo, los estudios sobre bienestar en el lugar del trabajo son algo que se está trasladando a todo tipo de negocios y entornos cada vez mayores. De tal modo que, actualmente, la gestión del capital humano está en la primera página de la agenda de los grandes operadores logísticos.
El sector comercial de la logística es una de las mayores industrias de Europa y debe promover activamente el compromiso de la plantilla para asegurarse de que atrae y retiene a la mejor gente. El edificio logístico en sí, es el centro del entorno de trabajo, si bien tradicionalmente las tareas propias dentro de una nave industrial no eran concebidas como el más feliz de los entornos de trabajo. Sin embargo, el sector de la logística genera ingresos superiores a los 900 mil millones de € anuales, y da empleo a más de 7 millones de personas. Es entonces capital que los principios de flexibilidad y bienestar en otros entornos de trabajo como el inmobiliario y de oficina, se mantengan igualmente en el sector inmologístico.
El entorno de trabajo como clave en la retención de talento
Uno de los desafíos clave al que se enfrentan las empresas en el sector de la logística es la disponibilidad de la mano de obra. Atraer empleados no siempre es fácil, y la perdida de personal cualificado es un precio caro, debido a la dificultad de disponibilidad de perfiles cualificados en la propia área geográfica, así como los costes de formación y adaptación indispensables para cada segmento de negocio. Esto está motivando que cada vez se preste más atención a los empleados y a su bienestar. En esta línea, un reciente estudio de Gallup sugiere que las empresas con empleados altamente satisfechos y comprometidos son recompensadas con un 41% menos de absentismo, un 20% de aumento de la productividad y un 10% de mayor satisfacción del cliente en comparación con aquellas que no los tienen.
Pero no es solo una cuestión de objetivos financieros. Centrarse en el bienestar de la plantilla envía un mensaje claro de cómo las empresas se preocupan por sus empleados como personas, no solo como trabajadores. Este principio es un valor corporativo que las empresas pueden adoptar y vender como una credencial más ante actuales y futuros clientes, como una ventaja competitiva, asegurando a su cartera de actuales y potenciales clientes, la suficiente capacidad de mano de obra para acometer sus proyectos. La clave es integrar dentro de la estrategia comercial, este compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) propia y de los correspondientes clientes. Esto tiene dos claras ventajas: la primera consiste en mostrar las credenciales de desarrollo social y medioambiental que respalden el programa de RSC; y la segunda es el apoyo más amplio de los responsables de la toma de decisiones dentro del Equipo de Gestión Empresarial.
Entre los factores que más valoran los trabajadores en su lugar de trabajo, destaca el tiempo que emplean en sus desplazamientos diarios. Las soluciones pueden ser tan sencillas como maximizar la provisión de transporte público, apoyar formas de accesibilidad como en bicicleta o vehículo compartido, así como crear planes de trabajo. Las prácticas de diseño idóneo para maximizar el desarrollo, también deberían fijarse en reconocer y adquirir un edificio que engendre y desarrolle la satisfacción de los empleados.