Madrid. Cinco años. Esta semana se han cumplido cinco años desde que el torbellino de las "subprime" nos despertó del sueño del bienestar creciente y aparentemente interminable. Cinco años desde que comprendimos que nuestras creencias sobre el entorno de nuestras empresas eran erróneas. Cinco años desde que la "fiesta" terminó.
Pero para nuestra desgracia eso no ocurrió de repente y por ello no nos puso ni en guardia ni contra la pared. Incluso para muchos las feroces espadas que nos amenazaban eran de papel y no de acerado hierro de Damasco. Lo más siniestro del caso es que las "espadas" que nos iban a degollar eran realmente de papel, de papel moneda,aunque cortaban como si fuesen de afilado metal.
Y algunos ni se lo creyeron. Eso -la Crisis- no ocurría en nuestro país. (¿Se acuerda de los ciegos irresponsables que al principio la negaron para luego maquillarla -lo del aterrizaje suave de la economía- y al final decir que eso era culpa de otros?)
Seguro que estas fechas le traen a usted innumerables recuerdos y noticias sobre la Crisis, así que yo no insistiré. Lo que sí voy a hacer en cambio es contarle las "cuatro cosas" que a mí se me han venido estos días a la memoria.
a) Que los "demonios" financieros que crearon -años antes- el formidable y universal atraco y los colaboradores necesarios que ayudaron a hacer crecer la burbuja financiera global, siguen "vivitos y coleando", parcialmente identificados algunos, ignotos otros, pero todos -salvo algunos menos listos- ausentes de toda preocupación legal por las fechorías cometidas.
b) Cuando oí hablar por primera vez de "la década perdida por los japoneses" en una anterior crisis, pensé que en cuanto a duración eso no podía ocurrrirnos a nosotros, al fin y al cabo diez años eran muchos años para una crisis. En mi ignorancia no reparé en que ya entonces la "década" iba ya por trece o catorce años y que esa palabra no era sino una manera optimista de referirse a la duración de la misma. (Hoy, con media década transcurrida desde entonces el concepto se ha abandonado y sustituido por el de la crisis japonesa de inicios de los 90). En nuestro caso, ya ha pasado también media década y lo que los expertos aventuran es un largo periodo posterior para salir de la Crisis.
Nadie puede saberlo con seguridad pero la expresión de una "década perdida" para España , quizás vuelva a ser utilizada dentro de unos años para referirse a nuestro país.
c) La dureza de la crisis que está llevando a situaciones muy angustiosas a mucha gente. Estos días estamos todos comentando noticias como la del robo de alimentos en supermercados o sobre la búsqueda de alimentos caducados en los contenedores de basura. Y eso me llena de pena y me hace pensar que esos fenómenos, probablemente, se acentúen si no accedemos pronto a una mejor situación.
d) La incapacidad que parece advertirse en la clase política española, europea y mundial en encontrar soluciones a la crisis global: o no saben o no quieren o no pueden y el hecho es que todo parece ir a peor. Por otro (siniestro) lado: los Cuatro Jinetes: la Conjura económica, la Guerra, el Hambre y la Enfermedad corren desbocados, de nuevo, por todo el planeta. Y yo no advierto ningún contrapoder que pueda derribarlos.
No estamos en tiempos (globales) felices… pero a pesar de todo, feliz aniversario.
Miguel Villarroya Martín / Arroyo de la Vega / Madrid /España