En los últimos años, los tribunales sentenciaron en firme contra la demolición de cerca de un millar de viviendas ilegales en Cantabria. Hace unos años, en cumplimiento de estas sentencias, ya se demolieron casi un centenar en la playa de La Arena, en el municipio de Arnuero.
Ahora, la empresa pública Tragsa ha iniciado los trabajos de derribo de los 214 chalés construidos en el Alto del Cuco, en pleno monte de la Picota de Piélagos. Y quedarían otras 600 viviendas con sentencia firme de demolición
Las viviendas del Alto del Cuco fueron declaradas ilegales hace 9 años. A diferencia de otras urbanizaciones de Cantabria, no hay propietarios afectados por su derribo, ya que la aseguradora de la constructora, Martinsa Fadesa, se vio obligada a devolver las cantidades aportadas por los compradores.
Formaban parte de un plan parcial que también fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) en 2007, y que incluía la construcción de diferentes tipos de viviendas, hasta 400, de las que finalmente se edificaron 214.
Las obras de demolición del Alto del Cuco se prolongarán durante unos seis meses y tendrá un coste de un millón de euros, al que hay que sumar otros cerca de 3 para proceder posteriormente a la restauración ambiental de la zona, para tras la retirada de todos los escombros, acometer la regeneración vegetal del espacio afectado durante los próximos diez años.
El Gobierno cántabro adelantará al Ayuntamiento el dinero para derribar las viviendas y regenerar la zona, pero será el Ayuntamiento de Piélagos el que lo devuelva en plazos de anuales de casi 400.000 euros hasta el año 2026.
El consistorio cántabro fue, al final, el responsable único fijado por los tribunales para acometer los trabajos de demolición y regeneración de la zona, pero sus responsables reconocieron desde el principio de que, sin ayuda -como la que finalmente ha realizado el Ejecutivo cántabro- no hubiera podido llevar a cabo tan costosa inversión.
La asociación ecologista Arca, denunciante inicial del plan parcial que propició la construcción de estas viviendas en el Alto del Cuco, la restauración prevista no es una verdadera regeneración, al dejar los escombros que genere la demolición de las viviendas para dejar preparado un parque que, en el futuro, disfrutarán los que vivan allí, dado que la previsión es que se construya en la parte baja del monte.