Con la venta de su participación en la filial francesa SIIC Paris, Realia verá reducidos en un tercio sus ingresos y el margen bruto. Eso es lo malo. Deshacerse de la filial gala le supone dejar de ingresar casi 70 millones de euros por alquileres, la mitad de los ingresos por alquileres registrados en 2013 y un tercio de los ingresos totales consolidados.
Lo bueno, que reduce su deuda y, sobre todo, que esos más de 600 millones de euros de caja servirán para poner los dientes largos a más de uno.
El golpe de mano que ha supuesto esta venta de la filial francesa viene motivado porque Goldman Sachs no ha conseguido un inversor que asegure la colocación de los títulos de FCC y Bankia en la promotora, y se busca, con esta maniobra, que el interés crezca. Pero el asunto no resulta sencillo.
El potencial comprador de las participaciones de FCC y Bankia, caso de que fuera un único inversor, tendrá que hacer una OPA sobre el total del capital de Realia, ya que se hará de golpe con más del 30% de la sociedad (el 38% que, en este caso, quedaría en manos del resto de accionistas actuales), que es el límite que marca la ley.
Para fijar el precio de la oferta hay que tener en cuenta el vigente en el mercado, es decir, el de cotización, además de los valores en libros y el de liquidación. Realia lleva desde finales de enero cotizando por encima del euro por título y con una capitalización cercana a los 400 millones de euros.
Eso significa que a valor de Bolsa, la OPA necesitaría una financiación de alrededor de 130 millones de euros para asegurar el pago a los accionistas que quisieran vender sus títulos. Con esos más de 600 millones de caja serían más que suficientes.
A la vista de los datos ofrecidos por Realia acerca de la venta del 58,59% de SIIC Paris a Eurosic, la promotora española recibirá 559 millones de euros en efectivo. Como en su balance tiene apuntada una deuda de la filial por 498 millones de euros, que se quedan en 474 millones con los 24 millones de tesorería, se llega a esa reducción de la deuda total algo más de 1.000 millones, siempre, claro está, que no se invierta un euro de la cantidad recibida.