Probablemente hayas oído hablar del impuesto sobre viviendas vacías. Este impuesto, llevado a cabo a partir de una ley que entró en vigor el mes de julio del 2015, creó cierta controversia. Entre detractores y defensores de la necesidad de aplicar esta ley, es importante conocer los principales motivos que llevaron a impulsarla.
En España y, especialmente en Cataluña, se produce una situación bastante peliaguda en el mercado de la vivienda. El caso es que, por una parte existe una gran demanda social de viviendas, es decir, el número de personas interesadas en habitar nuevos hogares no ha disminuido, sino que sigue creciendo. Pero, por otro lado, existe un importante stock de viviendas vacías, que ni se ocupan ni se ofrecen para alquiler.
Esta situación, cada vez dada en más hogares, perjudica gravemente el derecho de acceso a la vivienda de muchos ciudadanos. Tras muchos años de gloria del sector inmobiliario español, la burbuja explotó con la gran crisis económica de 2008 y se derivaron muchos problemas relacionados con las viviendas a partir de ese año. La compra casas y pisos decreció muchísimo desde ese año, y la demanda de viviendas en alquiler incrementó.
Sin duda, este problema está causado por la desigualdad social, que cada vez es más grande entre los habitantes de España. Y por ello se ha creado esta toda esta situación: entre las personas que pueden permitirse comprar una vivienda o habitar hogares de grandes características, y las personas con cada vez menos recursos económicos que tienen que pensarlo mucho antes de dar el paso y ocupar un inmueble.
Por este motivo, se desarrolló en Catalunya la Ley 14 /015, de 21 de julio, del impuesto sobre las viviendas vacías, y de modificación de normas tributarias y de la ley 3/2012. Con esta ley se aprobaba así un nuevo impuesto para todas aquellas personas que dispongan de un inmueble desocupado permanentemente y que se encuentra en esta situación durante más de dos años y de forma injustificada, ya que según la ley «dicha desocupación afecta a la función social de la propiedad de la vivienda». Así pues, se considera «vivienda vacía» todas aquellas viviendas que se encuentran deshabitadas, sin una causa justificada por parte del propietario, durante más de dos años. En este sentido, es importante destacar que el cómputo del periodo de dos años según la ley:
1- Tiene inicio en el momento en que el inmueble está a disposición del propietario y lista para ser habitada o ser cedida y que por supuesto, no exista razón que justifique su desocupación. Y esta ley reclama también la necesidad de que durante estos dos años el sujeto pasivo haya sido titular de la vivienda de forma continuada.
2- En el caso de las viviendas de nueva construcción, se entiende que existe disponibilidad para que la vivienda sea ocupada a partir de tres meses a contar desde la fecha del certificado final de obra.
3- Es causa de interrupción del cómputo de los dos años la ocupación de la vivienda durante un período de, como mínimo, seis meses continuados.
Finalmente, cabe destacar que este impuesto se aplica sólo en el ámbito territorial de Cataluña, ya que es la comunidad más afectada por esta situación. Y por ello, la Generalitat impulsó esta ley con la pretensión de cumplir el objetivo de reducir el stock y poner en disposición de los ciudadanos nuevos hogares habitables.