Nueva vuelta de tuerca al proyecto turístico y de ocio que, en competencia con el ideado, y finalmente fallido, por Sheldon Adelson en Madrid, promovió el Gobierno de la Generalitat de Catalunya junto al parque de atracciones de Port Aventura, en Tarragona.
Ahora, tras la marcha atrás dada por el Ejecutivo catalán sobre el proyecto inicial, el nuevo equipo económico dirigido por Oriol Junqueras, plantea una alternativa radicalmente diferente a la inicialmente planteada bajo el impulso de Veremonte, la sociedad del empresario valenciano Enrique Bañuelos.
Como ya dejó ver cuando accedió al cargo, el líder de la Esquerra, y vicepresidente en el Ejecutivo catalán, no quería que el proyecto pivotara sobre los casinos, y así será. El juego tendrá una aportación simbólica en el desarrollo que ahora se contempla.
Será, de salir adelante, un complejo de turismo de convenciones, de compras, de ocio, y eventos, con un formato de resort hotelero donde el juego es residual, con un tope del 4% de la superficie edificable.
El nuevo proyecto ha sido dimensionado según criterios de sostenibilidad respecto a la propuesta inicial que presentó Veremonte. La superficie total ha pasado de 600 a 102 hectáreas, y el espacio destinado al juego se ha reducido en siete veces, de 210.000 a 30.000 metros cuadrados.
El nuevo proyecto para el Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-Seca y Salou reduce en un 25% el techo máximo edificable respecto al plan aprobado el pasado año, pasando de un millón de metros cuadrados a 745.000 metros.
Se pretende con esta alternativa complementar la oferta de parques temáticos que actualmente hay en este territorio, con Port Aventura como referencia, y se refuerza la apuesta por romper la estacionalidad del sector turístico, reduciendo la temporalidad laboral y reforzando la estabilidad de los puestos de trabajo.
Otro aspecto destacado es la integración paisajística del proyecto con el entorno, reduciendo el volumen edificado, las alturas, y facilitando los accesos, integrando y racionalizando la viabilidad del sector. Con este objetivo se prevé rebajar la altura de los edificios de 90 a 75 metros.
El nuevo planeamiento urbanístico también reforma el sistema de infraestructuras viarias tanto internas como externas. En este sentido, la voluntad es reorganizar la movilidad a partir de una estrategia de segregación del tráfico local con el especializado, destacando la transformación del último tramo de la autovía C31 como vía urbana, lo que permite la integración del nuevo complejo de los Centros Turísticos Integrados (CTI) a la estructura urbana del municipio de Salou.
Desde el punto de vista de la gestión, la Generalitat se arroga el control total del nuevo proyecto, que prevé una inversión privada de entre 2.000 y 2.500 millones de euros y la creación de unos 10.000 puestos de trabajo directos cuando esté en funcionamiento. Tutelara el concurso de licencias de casino, así como la tenencia del suelo donde se construirá el nuevo centro recreativo y turístico.
De acuerdo con el calendario previsto, durante el presente mes de julio las diferentes empresas precalificadas obtendrán formalmente el derecho de acceso a los terrenos donde se podrán desarrollar los complejos de CTI, a través del pago de una fianza y como muestra de su compromiso con el proyecto.
Tener acceso al suelo es uno de los requerimientos para poder presentarse a la segunda fase del concurso de casinos. La Generalitat, a través del Instituto Catalán del Suelo (Incasol), garantizará al ganador o ganadores la compra de los terrenos, con las mismas condiciones de la opción de compra que actualmente tiene la Generalitat sobre los terrenos de CaixaBank, y que ambas partes han decidido prorrogar hasta septiembre de 2017.
Si todo sigue su curso, en noviembre de 2016 se aprobaría definitivamente el nuevo proyecto para que, en aproximadamente un año, puedan iniciarse las obras de urbanización y edificación.