miércoles, 23 abril 2025
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De cómo independizarse con una deuda de 44.000 millones

Madrid. ¡Vaya semana a cuenta de las cuentas! Esto no hay por donde cogerlo. El presidente Mariano Rajoy echando balones fuera con el tema del rescate; el ministro de Economía, Luis de Guindos, dejando entrever en el Congreso de los Diputados que se agotan los recursos para hacer frente a las prestaciones sociales; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro haciendo de tripas corazón al señalar, con la boca pequeña, que las comunidades autónomas están en disposición de alcanzar el objetivo del 1,5% del déficit a final de año, para que unas horas después salga el Banco de España diciendo que esto no hay quien lo cuadre, que el conjunto de las Administraciones adeudaba a 30 de junio más de 803.000 millones –seguramente hoy serán ya más de 810.000 millones–, y que el tema lleva camino de superar a final de año, en términos relativos, el 80% del PIB.

Y todo esto en la semana en la que las reivindicaciones nacionalistas, coincidiendo con la Diada catalana, vuelven a salir a la palestra. Seguramente, a buena parte de los que el pasado martes salieron a las calles de Barcelona ondeando senyeras y esteladas les importe un bledo el pufo de deuda pública de casi 44.000 millones de euros que la Generalitat acumula.

Pero lo cierto es que el agujero empieza a ser más que considerable, sobre todo porque esa deuda, equivalente al 22% del PIB regional, no solo no se está reduciendo, como dejaba entrever Montoro, sino que ha aumentado entre abril y junio en nada menos que 1.500 millones más, que habría que sumar a los 2.300 que se habían incrementado entre julio de 2011 y marzo de 2012.

Y, con todo esto, llega el presidente Artur Mas con cierta altanería para insistir en la necesidad de que Cataluña necesita su propio Estado porque ya no encaja en el español y que buena parte del déficit acumulado proviene de esta dependencia de Madrid. De televisiones autonómicas, subvenciones a medios, mantenimiento de oficinas en el exterior y demás gastos superfluos, nada de nada. ¿Qué culpa tendrá el Estado español de que por de una falta manifiesta de ingresos que no permiten mantener todos los gastos la deuda haya aumentado en un año casi 4.000 millones de euros?
 

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