Madrid. Con la fecha límite del 28 de febrero las inmobiliarias cotizadas han empezado a presentar los resultados correspondientes al ejercicio cerrado el pasado 31 de diciembre. Rompió el hielo Renta Corporación y le ha seguido Realia, la compañía controlada por FCC y Caja Madrid.
Aunque prácticamente simbólicos, de 1,1 millones de euros, Realia vuelve a dar beneficios, y rompe con la tendencia regresiva de los últimos años que le llevó, por ejemplo, en 2009 a perder 54,2 millones de euros. No obstante, la cifra de negocio se redujo un 17%, hasta 317,5 millones de euros, en tanto que el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se situó en 147,6 millones, un 16% menos.
A pesar de que la crisis económica afectó a todas las líneas de negocio, el grupo ha logrado reducir su reduce su deuda financiera neta en un 4,4%, hasta 2.127 millones de euros, y aumentar su tesorería en un 21,9%, hasta 230,4 millones de euros.
Renta Corporación, por su parte, se apuntó unas pérdidas de 27,9 millones de euros, reduciendo a la mitad los 54,5 millones de ‘números rojos’ registrados en 2009. Un resultado negativo atribuido, en buena medida, a los 20,3 millones destinados a provisiones. La deuda neta se eleva todavía a 297,5 millones, frente a los 277,6 de un año antes.
Las ventas de su negocio ordinario crecieron hasta casi 30 millones frente a los cinco de un año antes, principalmente por los edificios en España, y generando un margen bruto positivo de 5,7 millones. El total de ventas de la inmobiliaria fue de 58,2 millones de euros. A los 30 reseñados anteriormente se sumaron 28,3 de ventas de la cartera anterior a 2009 y tres millones procedentes de arrendamientos.
Las inversiones de 2010 alcanzaron los 34,8 millones, para la compra de diez nuevos activos residenciales en España y la rehabilitación de existentes, y redujo los costes ordinarios en un 21%, incluyendo ajustes de plantilla y salarios, y pasando de 81 empleados a cierre de 2009 a 75 a finales de 2010, y ya reducidos a 60 en lo que va de 2011.
Renta Corporación también ha cerrado sus oficinas internacionales y ha concentrado sus esfuerzos de negocio en España, principalmente en Barcelona y Madrid, que son las ubicaciones en las que pueden conseguir mayores rentabilidades. El 95% de la cartera actual de la inmobiliaria se encuentra en España, y fuera solo le queda un edificio en Nueva York.