Madrid. A pesar de las supuestas bajadas del precio de la vivienda, la realidad, a tenor de lo recogido en el último boletín del Observatorio Joven de Vivienda del Consejo de la Juventud de España (CJE), correspondiente al segundo trimestre de 2010, es que los jóvenes, y no tan jóvenes, que no tengan unos ingresos anuales superiores a 27.200 euros, o, lo que es lo mismo, unos 2.200 euros al mes, mejor que se olviden de comprar una vivienda.
El estudio pone de manifiesto que a pesar de que el coste de acceso al mercado de la vivienda en propiedad se ha situado en el nivel más bajo de los últimos seis años, los jóvenes continúan aún encontrando trabas a la hora de emanciparse, por lo que más de cinco millones de jóvenes españoles siguen residiendo en el hogar paterno, según indica Joffre López, el sociólogo autor de la investigación.
Puestos a comprar con los salarios reales que se están obteniendo, en torno a un 75% menos de las cantidades expresadas anteriormente, podrían optar, pagando más de la mitad de lo que ganan a adquirir un piso de 57 metros cuadrados y, si se decantan por el alquiler, a un estudio de no más de 45 metros. Sobre todo en aquellas comunidades, como el País Vasco, Madrid o Baleares donde las diferencias entre los ingresos necesarios para comprar una vivienda y el salario percibido son más amplias. La situación mejora notablemente si uno quiere residir en algún municipio de Extremadura, Castilla-La Mancha o Castilla y León.
El documento también hace mención al leve retroceso registrado de la tasa de emancipación, hasta el 45,8% durante el segundo trimestre de 2010, siendo las mujeres con estudios superiores el perfil de jóvenes con más de 25 años que antes toma la decisión de independizarse y buscar residencia lejos del hogar paterno.