Son las cosas de la crisis. El suelo que se vendió durante el ‘boom inmobiliario’ por un precio estratosférico, se vende ahora a un 30% de su precio de adquisición. Es lo que hay. Sí, si no fuera porque el que vendió entonces es el mismo que compra ahora.
Esta es una de las condiciones recogidas en el plan de viabilidad que la consultora PricewaterhouseCoopers le ha diseñado al Ayuntamiento de Madrid para salvar la ruinosa Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), y que el próximo miércoles 26 de junio será ratificado por el Pleno.
Las 20 parcelas que, en su día, el Ayuntamiento traspasó a la EMVS le supuso a ésta endeudarse por 235 millones de euros que no se han devuelto. Ahora, los solares vuelven al patrimonio municipal de suelo pero valorados en un precio a un 30% de su valor de adquisición. Para cubrir la diferencia, el Consistorio recibirá otras 13 parcelas sin hipoteca.
Enjuagues para amortiguar los efectos de una ruinosa deuda de 630 millones, a todas luces inasumible, que se unirá al despido de unos 50 empleados temporales, la búsqueda de financiación para acabar promociones en curso, venta de viviendas en alquiler y negociar con los bancos la refinanciación de la deuda pendiente, cuyo monto estará en función de lo que se consiga con la enajenación de activos. Tanto los ya terminados como esas 1.500 viviendas que, con el aporte de 70 millones, se podrían acabar de aquí a un año.
El plan incluye la enajenación de viviendas en alquiler, medida que ya está en marcha mediante la venta de 18 promociones y 1.860 viviendas. Esto permitirá una reducción de la deuda asociada valorada en 81,7 millones de euros y una liquidez inmediata para las arcas de la EMVS de 31 millones. Se está a la espera de alcanzar un acuerdo con el operador que ofrezca la oferta más ventajosa. Así, la EMVS pierde las rentas de alquiler y vende los pisos por unos 115 millones, 40 menos de su valor contable neto.
En cuanto al tema de la financiación de la deuda hipotecaria subrogable que grava las viviendas en venta, el Ayuntamiento propone un aplazamiento de amortización del principal por un periodo de tres años, confiando en que para entonces el sector inmobiliario haya remontado, el crédito fluya y los demandantes puedan acceder a la concesión de una hipoteca. La financiación incluye renegociar con el ICO de una póliza de 30 millones para aplazar el vencimiento del capital de 2013 a 2014.