Madrid. Los del Fondo Monetario Internacional (FMI), como siempre de listos por la vida. Llegan a un país y en cuatro días revisan los papeles y ven cómo van las cosas. Regresan y emiten un informe poniendo, normalmente, de vuelta y media lo que en aquel país se está haciendo.
Estuvieron la última vez en España hace un par de semanas para ver cómo lo llevamos, para ver cómo estamos administrando los más de 40.000 millones que ha recibido el sistema financiero para sanearse. Y se centraron muy especialmente en la gestión que se está llevando a cabo en la Sareb. Unas primeras palabras de aliento sobre la puesta en marcha de esta sociedad para, a renglón seguido, soltar estopa a diestro y siniestro.
Que si el plan de negocio no es el correcto, que hay que solventar los conflictos de intereses suscitados entre los bancos accionistas, que hace falta más personal, que los propios bancos sanos deben financiar la compra de los activos del ‘banco malo’, y así un sinfín de recomendaciones para que esta sociedad empiece a funcionar.
¡Ah! Y un aviso a navegantes. Que lo de cobrar dividendos “que solo después de cinco años y si se cumplen ciertas condiciones”. Toma ya. Y advierten que lo primero es lo primero. Y lo primero es “pagar el principal de la deuda senior”.
Dicen al respecto que Sareb tiene la obligación de destinar el 92% del efectivo que obtenga a pagar el principal de esa deuda senior, y colocar el 8% restante en una cuenta de depósito en garantía, para llegado el momento cubrir los bonos subordinados o distribuir dividendo, si se puede. Y no dejan de señalar que la deuda principal pendiente de Sareb debe ser siempre inferior al 80% del valor de los activos y su capital, después de pagar deuda subordinada, por encima siempre del 9%.
Entre esas novedades en la gestión que va a incorporar el plan de negocio que está elaborando KPMG, la de alquilar en lugar de vender, una alternativa que podría reducir los costes de la sociedad y crear fuentes de ingresos que podrían aumentar el atractivo de la Sareb a inversores que valoran tales generaciones de caja, como es el caso de las empresas de seguros.
Y, digo yo, si son tan listos estos del FMI, ¿por qué todas estas recomendaciones no las hicieron antes de montar la Sareb y nos ahorraríamos estar siempre dando un paso hacia adelante y dos hacia atrás? Pues muy sencillo, porque si los accionistas ya entraron a regañadientes por no ver claro el negocio, imagínense si hubieran conocido antes estas recomendaciones.
Seguramente no hubiera entrado ninguno, siguiendo al BBVA.