Madrid. En el largo y dificultoso parto del Banco Malo que prepara el Gobierno, ayer conocimos algunos detalles más. Fue el ministro de Economía, Luis de Guindos, quién en el Congreso los dio, mientras informaba sobre la última reforma financiera y de los resultados de la prueba de esfuerzo a las entidades de crédito realizada por la consultora internacional Oliver Wyman.
El primero y más importante para nosotros es que este goteo de informaciones sobre el Banco Malo se va a terminar en unas cuantas semanas. “En cuestión de "semanas o días", la regulación del futuro banco malo estará lista para que el 1 de diciembre las cuatro entidades nacionalizadas puedan segregar su lastre del ladrillo” leemos en distintos medios. Por fin, a partir de ese momento, podremos conocer su regulación concreta y su alcance.
Que el valor de trasferencia de los inmuebles tóxicos hacia el Banco Malo es la “marca de la Bestia” de todo esto, eso ya se lo hemos contado en nuestro artículo: El traje nuevo del Emperador Inmobiliario y con ello sería bueno también que conociese que si bien el Gobierno pretende que la adquisición se va a hacer a precios “muy conservadores que ayudarán a dinamizar el mercado inmobiliario y que esos valores saldrán de una "minuciosa revisión de la calidad" de los activos tóxicos, lo que apunta a un descuento sobre las actuales tasaciones que podría rondar el 40%, y por ende a pérdidas para las entidades financieras”, otros tienen muy diferentes opiniones sobre lo que debería suceder.
Y así, sobre el valor de trasferencia de los activos inmobiliarios la Banca sana –la no intervenida- piensa que esas trasferencias deben realizarse a “un precio creíble y razonable para evitar una excesiva devaluación de los pisos que están en manos de la banca y de los ciudadanos.”… ¡Qué exquisitez: la Gran Banca –la más eficiente en esta Crisis- preocupada por que la medida afecte también a los ciudadanos propietarios de inmuebles! Todo un detalle. (Detalle psicológico que sin embargo no tuvieron respecto de los expropietarios de sus inmuebles adjudicados, claro está.)
Fíjese lo que se recoge en la versión digital de LA RAZÓN a ese respecto. El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, “mostró su preocupación ante la posibilidad de que el precio de la transferencia de los activos en España se sitúe «casi a coste de liquidación», ya que, de ser así, «provocará pérdidas inmobiliarias y el valor de los pisos bajaría radicalmente».” “En esta misma línea se expresó la directora financiera de Bankinter, Gloria Ortiz, quien advirtió de que sería «muy dañino» para el sistema financiero sano y para el conjunto de los españoles que los precios de los activos tóxicos se fijaran a un precio muy bajo, ya que unos y otros ser verían obligados a vender «a precio de derribo».Por su parte, el director general de BBVA, Eduardo Arbizu, destacó la necesidad de que la transferencia de activos al «banco malo» se haga a un precio «real y creíble» para evitar una mayor devaluación de los pisos en España».”
Todos los mencionados en el párrafo anterior forman parte de la Banca que mejor ha salido del estricto análisis que la consultora internacional mencionada ha presentado recientemente y por ello, forman parte del pequeño número de entidades bancarias que si han manejado bien la Crisis, que la han navegado sin naufragar y que resultan confiables para sus accionistas y clientes. Pero lo que indican, descartada por ingenua su preocupación por los ciudadanos, sólo cabe pensar en la tesis de nuestro anterior artículo: el valor de trasferencia va a significar la piedra de toque de toda esta operación…. ¡Alguien va a perder y mucho; y sólo puede ser uno: los propietarios de inmuebles o el Banco Malo! Se aceptan apuestas.
No sé yo si es fácil saber su número, pero ¿cuántas hay en las zonas turísticas –especialmente en la costa mediterránea- que están por debajo de ese precio? ¿Cuántas hay en zonas interiores, que no parecen tener demanda? ¿Y en las macrourbanizaciones semiabandonadas, más o menos próximas a núcleos urbanos ¿Y en los extrarradios de algunas ciudades? ¿Muchas, decenas de miles?
Lo que esto va a significar es que la barrera de los cien mil va a ser un filtro demasiado fino para que decenas de miles de inmuebles tóxicos pasen al Banco Malo. Así que me temo que lo que se está preparando es un Banco Menos Malo y que, como consecuencia, las entidades y otros propietarios que posean inmuebles por debajo de ese precio van a seguir manteniendo su toxicidad actual. No sé yo si no estaremos asistiendo a un nuevo ejemplo de El Parto de los Montes. ¡Y aunque espero que no lo sea…, no sé, no sé!