Los anhelados 185 millones de euros que faltaban, de los casi 3.000 millones que cuesta llevar el metro desde Barcelona hasta el aeropuerto de El Prat, ya han llegado. Los bancos los adelantan. Así que, si no hay más contratiempos, en dos años entrará en funcionamiento el tramo de la línea 9 que unirá Zona Universitaria con la Terminal 1 del aeródromo de la Ciudad Condal. Las obras están muy avanzadas y apenas falta finalizar la construcción de la plataforma de vías, colocar la catenaria y los sistemas de información.
De esta manera, el metro llegará finalmente antes que los trenes de Renfe a la mayor terminal de El Prat. El Ministerio de Fomento estudia la propuesta que efectuó la Generalitat para poner en marcha un sistema de lanzaderas desde la estación de Sants creadas a través de la colaboración público-privada.
Cuando se pongan en servicio los 20,7 kilómetros del metro del aeropuerto —y teniendo en cuenta que ya funcionan otros 11 kilómetros de la L-9/L-10 en Santa Coloma de Gramenet, Badalona y Barcelona— quedarán pendientes todavía unos 20 kilómetros, la mayor parte del tramo central, cuyas obras están paralizadas y no tienen fecha para reemprender los trabajos.
Además del dinero adelantado por las entidades financieras, que el Gobierno catalán deberá amortizar en un plazo de siete años, las empresas concesionarias han accedido a rebajar en torno a un 10% el canon que le pagaba la Generalitat con el objetivo de ahorrar unos 200 millones de euros durante todo el periodo de la concesión.
A partir del próximo otoño se podrán iniciar las pruebas, lo que le permitirá trasladar los trenes que se adquirieron para la línea 9 y que, al no poder ser utilizados, están en la reserva o, adaptados para circular por las líneas 2 y 4 de Barcelona. Adaptados porque además de ser la línea de metro más larga de Europa, como se presentó el proyecto, la L-9 es un servicio de trenes automáticos, sin conductor, como no existe otro en Barcelona.
Una vez se estrene el servicio, cubrir la distancia entre Zona Universitaria y Terminal 1 —20 kilómetros y quince estaciones de las 18 inicialmente previstas— llevará unos treinta minutos. La Generalitat prevé que utilicen la línea unos 23 millones de viajeros al año, especialmente gracias a la conexión que el nuevo tramo tendrá con la línea 3 (en Zona Universitaria), L-5 (Collblanc), L-1 (Torrassa) y Ferrocarrils de la Generalitat (Can Tries-Gornal).