La reciente aprobación de la nueva versión de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD) ha colocado a España ante un desafío monumental: la necesidad de acometer la rehabilitación energética de al menos tres millones de viviendas en los próximos años. Este ambicioso objetivo forma parte de un plan más amplio que busca actualizar el Código Técnico de la Edificación y reducir progresivamente el uso de combustibles fósiles en la climatización de edificios hasta su completa sustitución en 2040.
Un camino hacia la descarbonización
Según el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), la transposición de esta Directiva al ordenamiento jurídico español supondrá una modificación significativa del Documento Básico HE Ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación. Esta actualización pretende hacer el código más exigente e incorporar un mayor porcentaje de energía renovable en los edificios, un paso crucial hacia la descarbonización del parque edificado con vistas a 2050.
La Directiva, que fue aprobada por el Parlamento Europeo y espera ratificación por el Consejo, establece metas concretas: para 2030, España deberá asegurar una reducción de la energía primaria media de un 16% en los edificios, y de al menos un 20 y un 22% para 2035. Estos objetivos implican una carrera contra el tiempo para rehabilitar millones de viviendas, una tarea que, según Alfredo Sanz, presidente del CGATE, requerirá de una política muy activa en materia de vivienda y rehabilitación.
Un futuro sin combustibles fósiles
El plan para eliminar progresivamente los sistemas de climatización basados en combustibles fósiles de aquí a 2040 es otra de las columnas vertebrales de esta Directiva. Esto significa que en España se deberá intervenir en el 60% de las viviendas actuales, equivalentes a 15 millones de inmuebles. Este esfuerzo representa una parte significativa de la lucha contra el cambio climático, ya que el parque residencial es responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones del país.
La magnitud de este desafío se ve agravada por el hecho de que más del 80% del parque edificado en España tiene más de 40 años, lo que requiere no solo de un esfuerzo económico y técnico considerable sino también de una activación de nuevas campañas de concienciación entre la sociedad y de renovación de las convocatorias de ayudas a la rehabilitación. A pesar del impulso de los Fondos Next Generation, que actualmente apenas están logrando alcanzar el 10% de los objetivos planteados, la necesidad de avanzar en la rehabilitación energética es más urgente que nunca.
La Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios marca, por tanto, un punto de inflexión para España y sus ciudadanos. Con el horizonte puesto en la sustentabilidad y la eficiencia energética, el país se enfrenta a la tarea de reimaginar su entorno construido. Los próximos años serán críticos en este esfuerzo conjunto por renovar el parque edificado, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y caminar hacia un futuro más verde y sostenible. Este camino, lleno de retos y oportunidades, define un nuevo capítulo en la historia de la arquitectura y el urbanismo español, un capítulo que, sin duda, será escrito con la visión de un futuro más sostenible para todos.