martes, 1 julio 2025
Newsletter

El Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Galicia busca reducir las bolsas de plástico

Santiago de Compostela. A lo largo de 2009 se consumieron en la Comunidad gallega aproximadamente 665 millones de bolsas de plástico con asas, lo que se traduce en un promedio de 238 bolsas por habitante y año. Esta cifra representa el 0,39% de los residuos municipales que se produjeron en Galicia durante ese mismo año.

El Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Galicia (PXRUG) establece como objetivo la reducción progresiva de bolsas de plástico de un sólo uso (aquellas entregadas o adquiridas en los comercios para lo transporte de mercancías) dentro de una línea estratégica específica en el marco del Plan de prevención de residuos, cuyo objetivo es lograr una reducción en la generación per cápita del 10% en el horizonte de 2020. Según datos contenidos en el PXRUG, la reducción en el consumo de esta tipología de bolsas representará aproximadamente el 1,6% respeto del objetivo previsto.

Hace falta recordar que dentro del Plan de prevención de residuos está prevista una acción específica de fomento de acuerdos voluntarios para la reducción de las bolsas de plástico de un sólo uso, donde se establece, entre otras medidas, la necesidad de programar unos objetivos de prevención en cuanto a la generación de bolsas por habitante, un calendario progresivo de consecución de estos objetivos, medidas específicas y campañas de comunicación.

Las bolsas de un sólo uso están hechas de polietileno o de polipropileno, ambos derivados del petróleo. Cada bolsa emite, en su fabricación, cuatro gramos de CON El² (dióxido de carbono), unas 441.000 t anuales, lo que representa aproximadamente el 0,1% de la cantidad total de emisiones de CO2 a la atmósfera. Este elemento químico es otro de los principales causantes del efecto invernadero y, por lo tanto, del cambio climático, que provoca, entre otros efectos, que cada año las temperaturas sean más elevadas.

El polietileno o el polipropileno son materiales que tardan siglos en degradarse, mientras se descomponen en pequeñas partículas tóxicas, contaminando suelos y cursos fluviales. También en los ríos y en los mares pueden resistir hasta 450 años provocando daños en la fauna, puesto que cerca de 100.000 animales (ballenas, focas y tortugas) mueren cada año por ingesta de plásticos, que confunden con alimento. Además de esto, en ocasiones, las bolsas de plástico son depositadas en el colector de residuos orgánicos, dificultando la valorización de esta tipología de residuo.

Otro factor que incrementa el potencial contaminante es que las bolsas se fabrican cada vez con menor espesor, lo que dificulta su reutilización, rematando su ciclo de vida en las escombreras o en los ecosistemas de nuestro entorno. En ocasiones, las bolsas acaban depositadas en los fondos marinos e impiden el crecimiento de las algas que sirven de sustento a los animales marinos. Una bolsa convencional tiene una vida media útil de 15 minutos, el justo para llevar la compra desde la tienda a la casa, mientras que en el entorno puede tardar siglos en descomponerse.

El pasado 30 de julio entró en vigor a Ley 22/2011, del 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, que traspón a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva marco de residuos. La ley tiene por objeto regular a gestión de los residuos impulsando medidas que prevengan su generación y mitiguen los impactos adversos sobre la salud humana y el ambiente asociados a su generación y gestión, mejorando la eficiencia en el uso de los recursos. Actualiza el régimen jurídico de la producción y gestión de los residuos, orientando en el marco de los principios básicos de protección de la salud humana y del ambiente, la política de residuos de conformidad con el principio de jerarquía en la producción y gestión. Asimismo, la norma pretende aumentar la transparencia y la eficacia ambiental y económica de las actividades de gestión.

En cuanto a las bolsas de plástico no biodegradable de un sólo uso, la nueva ley de residuos, establece un calendario hacia su relevo total en el 2018, con la excepción de las que se usen para contener pescados, carnes y otros productos perecederos, para las que se establece una moratoria. Antes del 2013 deberán ser sustituidas el 60% de las bolsas, en el 2015 el 70% y en el año siguiente el 80%.

La iniciativa de la Xunta de Galicia camina en el reto de conseguir estos objetivos, a través de la ejecución de las medidas previstas en el Plan de Gestión de Residuos de Galicia, que recoge los principios que inspiran la Directiva marco de residuos. De este modo, los gallegos y gallegas, a través de las acciones recogidas en el Plan y de conformidad con la normativa estatal, reduciremos, en el marco de la prevención en la generación de los residuos, la generación de bolsas de plástico no biodegradables de un sólo uso de 238, de forma progresiva, a 48 bolsas en el 2016, para en el 2018, utilizar tan sólo bolsas biodegradables que cumplan las especificaciones europeas en la materia.
Actualmente, los envases ligeros representan un 15% de los residuos que se generan en Galicia y, de este porcentaje, las bolsas de un sólo uso suponen un 0,4%; unas 5.600 toneladas al año (segundo datos 2009). Disteis datos, se puede decir que cada gallego consume 238 bolsas de plástico al año.

Este tipo de residuos son recogidos a través de los colectores amarillos en los que, además de las bolsas de plástico, se depositan: botellas de plástico que habían contenido alimentos, botes de plástico de productos de aseo o limpieza, latas de conservas y de refrescos, bricks de leche, vino y zumo, envoltorios de plástico y el plástico film para envolver. Posteriormente, los servicios municipales (o la empresa específica en la que los entes locales deleguen esta tarea) recoge los residuos y los lleva a la planta automatizada situada en el Complejo Medioambiental de Cerceda, gestionada por Sogama (Sociedad Gallega de Medio Ambiente). En el caso de las plantas de Lousame y de Nostián, la gestión de las bolsas se realiza dentro de la fracción inorgánica.

Una vez en las plantas de tratamiento (se muestra el esquema llevado a cabo en Sogama) se separan de manera mecánica en otra clasificación más pormenorizada para poder gestionarlos mejor; por un lado envases de plástico y demás plásticos, por otra parte, las latas y por último, los bricks. Después son prensados y embalados por separado para ser remitidos a la industria del reciclaje donde serán convertidos en nuevas materias primas. El reciclaje de este material permite un gran ahorro energético y de materias primas, además del ahorro las arcas municipales, ya que cuanto más residuos se deriven a las empresas de reciclaje, más ingresos percibirán por recuperar y y darle valor la esos residuos.

El nuevo Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Galicia en el que se definen las estrategias en materia de residuos urbanos (RU) para la vigente década, para dar respuesta a las exigencias comunitarias sobre prevención de la generación de residuos y el fomento de la reutilización, el reciclaje y la recuperación.

El documento formula tres grandes retos:

• En primer lugar, estabilizar la producción de basura en el período 2014-2017 y lograr que en
el 2020 la población gallega produzca un 10% menos de RU respeto de los 1,2 millones de toneladas que se generan en la actualidad (1,216 kilos por habitante/día).

• En segundo lugar, se pretende disminuir progresivamente los residuos que van a parar a escombreras hasta lograr que en 2015 el 100% de la basura que se genera en Galicia se trate correctamente. Esto supone que mientras en la actualidad se lleva a escombreras controladas el 53% de los RU generados, el objetivo es reducir el porcentaje hasta el 24%, depositando sólo aquellos residuos que no pueden ser valorizados, básicamente rechazos no combustibles, cenizas y residuos metálicos procedentes de la valorización.

• El tercero gran eje de la noticia política de residuos será el incremento de la reutilización y el reciclaje de los residuos hasta un 30% del total de los residuos sólidos generados, frente al 10% actual. Este objetivo se logrará mediante la valorización material del 25% de la materia orgánica (fundamentalmente a través del compostaje), el 60% del vidrio, el 50% del papel y cartón y el 50% de los envases ligeros.

 

- Advertisement -

Comparte las Noticias en tus Redes Sociales

Síguenos

- Publicidad -

CONTENIDOS DE PORTADA

- Publicidad -

CONTENIDOS RELACIONADOS

La deuda inmobiliaria europea gana atractivo pese a la volatilidad global

El mercado europeo de deuda inmobiliaria comercial ha iniciado 2025 con...

España perderá 2,6 millones de trabajadores en 25 años por el envejecimiento

Un nuevo estudio del centro Randstad Research alerta sobre el descenso...

El compromiso con la sostenibilidad impulsa la vivienda del futuro

La sostenibilidad ha dejado de ser un simple valor añadido en...

El alquiler de habitaciones crece como refugio ante la falta de vivienda

La escalada de precios y la escasez de oferta están transformando...

La inversión inmobiliaria asequible centra el debate en un evento pionero

El impulso de nuevos modelos de inversión está transformando el mercado...

Culmia refuerza su presencia en Madrid con un nuevo desarrollo residencial

La inversión en nuevos suelos urbanísticos mantiene su impulso en la...