Hace casi ocho años, caímos en el pozo de la Crisis, para continuar por el barranco de la Depresión y ahora estar desolados frente a lo que no conocemos bien. Aceptando que estamos ya en el fondo en el que se despeñó el Sector inmobiliario en la primera semana de agosto de 2007, tenemos que continuar nuestro camino de otra forma. Los supervivientes lo habrán sido y llegado hasta aquí por diferentes causas, pero aquí estamos. No sabemos aún bien si las ráfagas del Caos se han terminado pero es creencia general que estamos algo mejor que hace unos meses. Y aún en el caso de que estemos rebotando en el suelo de la Crisis y aún no hayamos podido levantarnos y permanecer seguros, tenemos que seguir como Alicia siguió al Conejo Blanco cuando hubo llegado al fondo.
Y es aquí donde una reflexión es necesaria: Tanto el Entorno que rodea a la Inmobiliaria como nosotros mismos y nuestro medio interno, han cambiado radicalmente en estos años desde el inicio de la crisis. Entonces: ¿Sigue siendo nuestra cultura de empresa y, especialmente, nuestras técnicas operativas -lo que hacemos, cómo lo hacemos, dónde lo hacemos, etc.-, las mismas que utilizábamos antes de la Crisis?
¿Hacemos lo mismo y de igual manera que lo que hacíamos, antes de la mayor hecatombe inmobiliaria que ha sufrido España -salvo en las guerras- durante toda nuestra historia? Porque si seguimos haciendo lo mismo o en parecida forma que lo hacíamos antes, cuando radicales aspectos de nuestro entorno han cambiado desde entonces, ¿no querrá decir esto que lo estamos haciendo mal ahora?
… Probablemente. Yo así lo creo y por eso recomiendo un examen de, al menos, nuestras conductas operativas principales. Y mucho mejor si el examen es radical y alcanza a todos los rincones de nuestras empresa.
¿Qué le parece si empieza a cuestionarse cosas como estas? (Referiremos este cuestionario a la agencia inmobiliaria pero si el lector es de otros subsectores inmobiliarios, podrá con lo aquí dicho, hacerlo para su situación específica)
1 ¿No es hora de revisar la cultura corporativa de su empresa? ¿Qué no la tiene por escrito? Pues empiece a hacerlo. ¿Qué sí la tiene? Pues revísela a la luz del desastre que hemos padecido en la Crisis y dibújela de nuevo. Su Misión, Visión, Valores compartidos, Conductas Operativas, Grupos de interés, Obra social, etc., seguramente necesitarán una radical puesta al día.
2 Dé una vuelta a su concepto de territorio de actuación. ¿Está usted en el mejor lugar, a la luz de lo sucedido? ¿Debe de ampliar o reducir el ámbito de su actuación? ¿Debe cambiar a otros lugares? ¿Conoce cómo ha quedado su entorno más próximo tras la Crisis?
3 ¿Sigue usted haciendo lo mismo, de la misma manera que antes de la Hecatombe inmobiliaria que hemos padecido? ¿Qué pasa si examina todos los procedimientos de producción principales que utiliza en su negocio? Medios, personas, procesos, productos a la venta, proveedores, etc. ¿No será hora de examinar su estado y cambiar todo lo que exija una adaptación mejor a lo que está pasando?
4 Nos dedicamos a la Información, concretada en bienes inmuebles. ¿Está usted a la última en este aspecto? Recuerde que durante la Crisis, la tecnología ha cambiado mucho en sistemas, medios, procedimientos… ¿Qué tal si revisa todo eso?
5 ¿Conoce usted que algo -mucho- ha cambiado en el área de formación profesional inmobiliaria en estos años? ¿Por qué no empieza a interesarse por el nuevo desarrollo de esa formación? ¿Tiene usted claro que ahora no vamos a despachar viviendas, como antes de la Crisis, sino que ahora habrá que (saber) venderlas? Le sugiero que dé un repaso a la necesidad de formación de su agencia y proceda en consecuencia. Ahora, en esta área inmobiliaria, lo de antes tampoco funciona.
6 ¿Cómo va a enfrentarse ante la “nueva” competencia de las superinmobiliarias de filiación bancaria creadas en los últimos tiempos? Ya habrá notado que no tiene nada de suave y que su ferocidad y tamaño va en aumento.
7 ¿Qué tal si inicia, además, un análisis de su competencia próxima en su zona de trabajo? Y de las agencias colaboradoras o redes de colaboración que pudieran estar dispuestos a ello.
8 ¿Y qué tal si empieza a amar los números y se pone a lograr una rigurosa cuantificación de todas sus acciones comerciales (además de las contables, claro)? ¿Sabe usted que casi nadie lo hace con rigor? No lo dude: hay en esto mucho material que podría usted utilizar para diferenciarse.
9 ¿Y no es hora ya de cobrar por los múltiples servicios conexos que proporciona como agencia inmobiliaria? ¿Qué ya lo hace? Enhorabuena. ¿Qué no lo hace? Pues debe usted saber que en el curso que estamos impartiendo sobre Prospección y Captación Inmobiliaria, dentro del Certificado de Profesionalidad del sector inmobiliario, los alumnos del mismo, propusieron alrededor de 16 servicios posibles, además del propio de captación y venta de inmuebles. No todos utilizaban en su agencia, todos los servicios del listado final, pero a muchos de los participantes, yo incluido, les chocó la eficaz manera como uno de ellos se manejaba en este punto.
10 Propósito de enmienda. ¿Qué le parece si este concepto religioso lo utiliza usted en su vida inmobiliaria para lo mismo que se utiliza en su área natural? Ha llegado usted hasta aquí, cometiendo muchos errores… pero ha llegado. Y probablemente cometerá más, pero lo que la literatura de poder nos dice es que si sacamos a la luz nuestros errores, aprendemos de ellos, nos cuidamos de no cometerlos más, entonces es más que posible que nuestro desempeño posterior mejore sensiblemente.
Hemos llegado aquí -incluso si lo hemos hecho con menguados recursos- con un tesoro bajo el brazo: sabemos en qué nos hemos equivocado, corrijámoslo. Adaptemos nuestra conducta inmobiliaria a lo que ya sabemos. Cambiemos cuanto haya que cambiar.
Y esta vez, hagamos caso a lo que ocurre a nuestro alrededor y adaptémonos a él, al menos, con tanta fuerza como antes despreciábamos el cambio.