Que hay que ponerlos en cuarentena y darles una credibilidad muy relativa a esos informes periódicos que vaticinan –lo hacen hoy como lo han venido haciendo durante todos estos años– que la inversión extranjera en España apunta hacia una evidente recuperación, se percibe más claramente cuando los datos oficiales vienen a echar un jarro de agua fría a esas interesadas expectativas.
Decía alguno de estos informes que, en el mercado inmobiliario, serían unos 5.000 millones de euros los que iban a llegar a manos llenas en 2014, y llega el Banco de España para hacer referencia, según los datos de la balanza de pagos, al dato de que los inversores extranjeros sacaron de España 8.700 millones de euros en febrero por segundo mes consecutivo, frente a unas entradas de 17.500 millones de euros en el mismo mes del año anterior. Algo no cuadra.
De esta forma, en febrero se mantuvo la tendencia de salidas de capital que se inició en enero y además se hizo a un ritmo muy superior, porque en ese mes los extranjeros retiraron el doble que en el primer mes del año, cuando sacaron del país 4.245 millones de euros.
Se trata así de la segunda 'fuga' de capitales que se produce desde el pasado mes de agosto, cuando los inversores sacaron 2.242 millones de euros. En el periodo septiembre-diciembre de 2013, los extranjeros inyectaron en España más de 52.000 millones de euros, especialmente en noviembre y diciembre, con más de 20.000 millones de euros cada mes.
En total, en 2013, la mejora de la economía española y la mayor confianza en la misma llevó a los inversores extranjeros a inyectar un total de 88.981 millones de euros después de que en 2012 sacaran de España 173.191 millones de euros, reflejando entonces la inestabilidad de los mercados financieros y los rumores sobre el posible rescate de la economía española.
Como consecuencia de las salidas de capital producidas en febrero, los activos netos del Banco de España frente al exterior se redujeron en 11.000 millones de euros, frente al aumento de 11.400 millones de un año antes, debido sobre todo a la evolución de los activos netos del Banco de España frente al Eurosistema. En febrero, las salidas netas de la cuenta financiera, excluido el Banco de España, se materializaron a través de las operaciones realizadas en inversiones directas, inversiones de cartera y derivados financieros. Estas salidas fueron superiores a las entradas registradas en la otra inversión.
Concretamente, las inversiones directas dieron lugar a salidas netas de 3.900 millones, al sumarse las salidas generadas por las inversiones directas de España en el exterior, que se situaron en 3.500 millones de euros, a las desinversiones directas del exterior en España por valor de 400 millones de euros.