Madrid. Las propuestas y novedades que contendrá el Preavance de la Revisión del Plan General, que se presentará el próximo mes de julio, ya están encima de la mesa de los principales responsables políticos de la gestión de la ciudad de Madrid. La delegada del Área de Urbanismo y Vivienda, Paz González, ha explicado, en la primera reunión del Consejo Municipal para la Revisión del Plan General, las líneas maestras del citado documento urbanístico. El Consejo es un órgano esencialmente político incluido dentro del modelo de participación diseñado para la revisión del Plan, y cuya función es la de generar el pensamiento marco que facilite un modelo de desarrollo integral de la ciudad, así como el de conocer y validar las propuestas y documentos que se vayan generando en el proceso de participación ahora en marcha. Está integrado por la alcaldesa, Ana Botella, el vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, los delegados de áreas de Gobierno, los concejales de distrito y los concejales responsables del resto de áreas de gestión municipal.
El Preavance, cuyo adelanto ha sido expuesto por la delegada de Urbanismo, es una fase no reglada ni prevista en la Ley del Suelo, pero que el Ayuntamiento de Madrid ha articulado para invitar a los ciudadanos al debate y recibir sugerencias que permitan ajustar y completar el primer documento oficial, que será el Avance del Plan General.
Según explicó González, planteará la incorporación al Plan General “de un sistema de indicadores de evaluación y seguimiento urbano con un objetivo múltiple: diagnosticar la ciudad y respaldar con ellos las propuestas territoriales en el propio Plan General; realizar la Evaluación Ambiental exigida por la legislación; evaluar el comportamiento de diferentes alternativas de ordenación; y finalmente, para poder realizar un seguimiento periódico y continuo de la evolución del propio Plan General con posterioridad a su aprobación”.
Las propuestas específicas previstas en el Preavance del Plan General afectan a distintos ámbitos de gestión urbana: clasificación del suelo; regulación de las dotaciones e infraestructuras; los ámbitos del Plan General de 1997 cuyas determinaciones serán objeto de revisión; los que permanecerán tal cual se encuentran en el vigente Plan; las actuaciones singulares que se incluirán en el nuevo proyecto; la nueva estructura de las Normas Urbanísticas; la protección del patrimonio histórico y el catálogo de edificios protegidos; o los nuevos indicadores que permitirán evaluar y hacer un seguimiento dinámico y constante del Plan General y que posibilitará su adaptación en el tiempo sin necesidad de realizar permanentes modificaciones del mismo.
Entre las novedades se encuentra la creación de una nueva estructura y régimen de usos del territorio, que permitirá que los inmuebles, solares y parcelas puedan modificar su uso mediante licencia directa, salvo en los casos que deban llevar un control medioambiental. Esta medida simplificará la implantación de actividades económicas, eliminando la necesidad de realizar múltiples modificaciones puntuales del Plan General y redactar Planes Especiales, evitando así dilatar en el tiempo las iniciativas destinadas a desarrollar actividades económicas generadoras de empleo.
Otra novedad es la creación de una nueva categoría de uso denominado “de actividad económica”, que englobará los hasta ahora llamados “uso terciario e industrial”. Una medida que facilitará la implantación de nuevas actividades productivas en los suelos industriales, posibilitando en ellos otros usos también ligados a la iniciativa emprendedora.
En cuanto a la normativa y con el fin de evitar la excesiva rigidez y pormenorización actual, solo se mantendrán las determinaciones básicas exigidas por la ley, regulando las condiciones pormenorizadas a través de ordenanzas municipales.
En lo relativo a la protección del patrimonio se definen con claridad los valores a proteger en los edificios catalogados, introduciendo mayores niveles de flexibilidad en la implantación de usos y en el régimen de obras. Otra de las novedades planteadas es la de favorecer la eficiencia y gestión de los equipamientos públicos, permitiendo integrar en una misma parcelas varias dotaciones.
También se generan nuevas zonas de centralidad, como, por ejemplo, en el ámbito Méndez Álvaro-Abroñigal, y se introducen nuevos instrumentos operativos para la rehabilitación de la ciudad consolidada. Además, se introduce por primera vez la perspectiva de la accesibilidad y la eliminación de barreras en los instrumentos de planeamiento, mediante el desarrollo de una guía específica donde se establecerán directrices a seguir por dichos instrumentos en esta materia.