Madrid. El término hecatombe proviene de la palabra que se utilizaba en la antigua religión griega para referirse a un ritual llamado "hecatombeon", donde se sacrificaban 100 reses u otras víctimas en honor de los dioses; el prefijo Heca, que aparece en la palabra hecatombe, se refiere precisamente al número 100. Pero…«Muy pronto, la palabra se extiende a todo gran sacrificio, independientemente del número de víctimas y del animal. Así, se encuentra en la Ilíada una hecatombe de doce bueyes, otra de cincuenta carneros, y en la Odisea, una de ochenta y un bueyes», leemos en la Wikipedia. Finalmente, la palabra ha pasado a nuestro idioma con el significado de catástrofe o gran desastre con elevada mortandad de personas.
¿Y qué, sino eso ha pasado en nuestro sector inmobiliario?
El derrumbe de la intermediación inmobiliaria en España es un hecho, causado por la crisis económica, tan sangriento como conocido,. En este “sacrificio” de agencias inmobiliarias dedicadas a la intermediación parece que la cifra de víctimas puede estar próxima al 90% de los que habitaban esta profesión en el 2007.
La construcción de viviendas ha sufrido un descalabro devastador, si consideramos que el número de viviendas terminadas en España era para el año 2000 de 363.287 unidades, de 635.713 en el 2007 y que, en 2012, han sido tan solo de 117.564. Lo que representa un 81,5% de viviendas menos, terminadas en el año pasado respecto del máximo de 2007. Y la promoción de viviendas ha sufrido un frenazo mayor, pues si el número de viviendas iniciadas en España era para el año 2000 de 535.668 unidades y de 651.427 en el 2007, en 2012 han sido tan solo de 44.162. Lo que representa un 93,2 % de viviendas menos iniciadas en el año pasado respecto del máximo de 2007, según el Informe RRAcuña 2013 presentado recientemente.
Pero como para caracterizar los diferentes subsectores de lo Inmobiliario podrían tomarse otros datos, y otras fuentes, y quizás resultar sus conclusiones menos agrias que las que aquí indicamos, nos fijaremos en los sujetos principales del sector: las empresas inmobiliarias.
Y para ello, nada mejor que consultar el Baremo concursal de PWC de 30/06/2013, titulado: Los concursos siguen creciendo a máximos históricos. Y de él, una sola nota, la que se refiere precisamente a la evolución de los concursos de empresas de nuestro sector. Los datos aparecen en el apartado 5. Evolución de la distribución sectorial de concursos, del informe PWC indicado, el cual dice así: «A pesar de haber sufrido un importante número de procesos concursales en años pasados, todavía existen empresas que entran en situación concursal, al agotarse las primeras, segundas y terceras refinanciaciones que acometieron en 2008 y 2012. La mayor parte de estos procesos son de liquidación, por la relación existente entre deuda y activo. La reciente creación de los “bancos malos” por parte de casi todas las entidades financieras en España está dando un giro claro a la política de administración de créditos hipotecarios morosos por parte de los bancos que hace más difícil, si cabe, que se preste dinero para alargar la vida de empresas inmobiliarias que viven asistidas y en fase de organizar su liquidación. Este hecho va claramente a seguir provocando concursos de acreedores de forma masiva en el sector.
Esto es, que también la situación del subsector de la Promoción va a empeorar dramáticamente. En este contexto, la frase de RRAcuña en la que indicaba que, salvo para determinadas zonas y productos, el Proceso de Promoción de viviendas tal y como lo hemos conocido hasta ahora, prácticamente desaparecerá en unos pocos -muy pocos- años, es algo más que una profecía.
Si lo que ha pasado en el sector inmobiliario español no es pues una hecatombe, bajen los dioses de los cielos y vean la casi extinción inmobiliaria que se ha producido. Un sacrificio al que cuesta encontrar sentido, aunque las causas puedan estar claras.