Madrid. La medida llevaba tiempo anunciándose y aunque los intentos para detener su aplicación han sido numerosos, finalmente su implantación es una realidad: desde el 1 de julio el IVA es más alto. El tipo general se ha incrementado del 16% al 18%, el reducido del 7% al 8% y el superrucido no varía, manteniéndose en el 4%. En lo que al mercado de la vivienda se refiere, tanto la obra nueva como la rehabilitación estarán afectadas por este impuesto. Para la obra nueva significa un incremento de un punto, lo que desde muchos frentes se ha interpretado como posible un acicate para la venta de vivienda.
En opinión del portal inmobiliario pisos.com, la subida del IVA no es un mecanismo específicamente dirigido a aliviar el stock, sino que forma parte de una estrategia de mayores dimensiones que tiene como principal objetivo reducir el déficit público. Los usuarios que visitan el portal inmobiliario son mucho más activos que hace un año, aunque hayan crecido a nivel general en todos los parámetros. Se selecciona la oferta casi a diario, se está pendiente de nuevos anuncios, aumentan las suscripciones a las alertas, etc. El incremento de este impuesto no ha acelerado la decisión del comprador; ha sido un aspecto que se ha tenido presente, pero no ha sido determinante.
El punto de aumento en el IVA reducido aplicado a la vivienda nueva parece asumible, si bien estamos hablando de la que probablemente sea la inversión más importante que un núcleo familiar hace en su vida. Si consideramos el impuesto como parte de la cuota, el incremento es apenas perceptible, pero si nos fijamos en la factura final, el impacto es algo más llamativo. Por ejemplo, el IVA anterior a la subida, del 7%, para una casa de 150.000 suponía 10.500 euros, mientras que el IVA actual, del 8%, es de 12.000 euros, es decir, una diferencia de 1.500 euros. Lógicamente, cuando más caro sea el inmueble, más asciende. Así, el IVA de una propiedad de 300.000 euros, pasa de 21.000 a 24.000 euros, 3.000 euros de diferencia.
En este sentido, en la misma negociación del precio entre comprador y vendedor se pueden llegar a pactar descuentos mucho más elevados. Igualmente, el ajuste acumulado que ha experimentado el precio de la vivienda desde que estalló la crisis llega en algunos casos al 20%-30%, porcentajes que comparados con el incremento de un punto en el IVA, hacen que éste pase desapercibido. Asimismo, una rebaja de apenas medio punto en el diferencial en una hipoteca puede supone un ahorro mucho más interesante. La búsqueda se ha intensificado, pero el comprador no dará el paso hasta que no encuentre un precio y unas condiciones financieras adaptadas a sus condiciones económicas personales.