Un buen artículo de E. PASTRANA, sobre las cifras de beneficios bancarios en lo que llevamos de año, publicado en abc.es, ha llamado mi atención… ¡a pesar del inadecuado calificativo de su título: “El inexplicable festival de beneficios bancarios en España”. ¿Inexplicable?
Hay razones para lo contrario y en el propio artículo se encuentran algunas de las razones técnicas que lo hacen. (1) Por ejemplo:
1 El artificio del cálculo de los beneficios: “La razón de estas cifras astronómicas es que se calculan en comparación con 2012, año del rescate a la banca.”. El razonamiento es: como las cifras actuales se comparan con los resultados de un año muy malo, cualquier cifra de ahora resulta enorme en relación con la anterior. Y también, que la comparación no puede ser homogénea porque las circunstancias de los periodos de comparación, fueron muy diferentes.
2 La eficiencia actual del sistema bancario, pues como dice el gobernador del Banco de España, Luis María Linde: “…este repunte (es debido) al gran esfuerzo de saneamiento y provisiones realizado por la banca en 2012 y la disminución del riesgo inmobiliario.”
3 La apertura al exterior: pues es bien sabido: “…el enorme peso internacional que tienen nuestros bancos”.
Otras, de carácter técnico, no aparecen en ese artículo. A manera de ejemplo véase estas dos:
4 La diferencia entre el precio de compra y de venta en el precio del dinero que las entidades bancarias manejan: No se conoce que comprar al 1% (al Banco Central europeo) y vender al 5% (por ejemplo, comprando Deuda española) haya dado nunca malos resultados.
5 La nula competencia bancaria. Los monopolios (oligopolios) siempre son peores para los que los sufren, que una situación de libre competencia. La eliminación de la Banca Pública española es un lastre que lo impide, desde hace ya muchos años. (Los pocos restos que de ella quedan, son insignificantes para alterar la competencia técnica, entre los bancos). Y en España, estamos en esa situación.
Pero otras, de diferente naturaleza, explican también ese éxito en los beneficios logrados:
6 La ayudas de todo tipo con las que se apoya el negocio de banca. A pesar de que algunos niegan la ayuda en forma de préstamos de liquidez, los beneficios de otro tipo como el respaldo del Gobierno a la actividad bancaria son tan evidentes, como invisibles, por su ocultación. Véase lo que el secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, ha declarado “las entidades integradas en la Asociación Española de banca (AEB) no han precisado ayudas públicas ni han recurrido al traspaso de activos inmobiliarios problemáticos a la Sareb.”… La desmemoria acerca del concepto de ayuda está detrás de quién no puede ignorar la garantía del Gobierno para que todas las entidades bancarias hayan logrado liquidez en los Mercados de Capital. Sin ella, hasta “las que no han recibido ayudas”, habrían padecido males mayores… ¿Y la venta de entidades de crédito a 1 euro, tras haberse gastado muchísimos más en sanearlas? ¿No es eso una ayuda? ¿Y las medidas de protección, por inacción, frente a las responsabilidades bancarias en el desencadenamiento de la crisis? Los abusos de algunos directivos bancarios… que no han sido perseguidos ¿no es eso, protección? Sólo en algunos casos conocemos las iniciativas de algunos jueces en este sentido, pero no parece haber habido un interés real del Poder Político en encontrar y castigar a los responsables de la Crisis, que, es cierto, no son solo las entidades de crédito.
Por otra parte, se nos ha contado que ayudar a este tipo de empresas de propiedad particular, es bueno para todos… cuando esas son bancarias. Que no se haya optado por la vía contraria: apoyar a particulares y a empresas de todo tipo -incluidos los mejores bancos y dejando quebrar a los peores-, ha sido malo para casi todos. Y la única explicación real para ello, radica en las relaciones de poder que existen en esta sociedad de dos clases -el 1%-99%- en la que hemos caído. Ha pasado esto porque ¡mandan, otros!
7 Los abusos de posición dominante que eso produce respecto de otras empresas de diferentes sectores productivos (y que no se va a modificar). La competencia de la Banca, por ejemplo, con el sector inmobiliario de particulares y empresas, es el caso más claro.
8 La nula voluntad del Gobierno para obligar a ese tipo de empresas a cumplir con su actividad “cordial”: la redistribución del capital mediante préstamos a empresas y particulares. Recuérdese aquella frase lapidaria, del presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliú, de hace unos meses: “El Crédito ni fluye ni fluirá!
9 Y en el fondo, puede encontrarse también, el final de la Crisis, con su efecto de mejora de la actividad económica.
El “escándalo” relativo que han producido la publicación de tan altas cifras de beneficio, ha sido anticipado y combatido por las propias entidades de crédito, con argumentos técnicos, anunciando que los buenos resultados actuales pueden ser un espejismo pasajero y aún invertirse, si se dan ciertos sucesos. Básicamente, que el Gobierno les siga apretando con el saneamiento; que se termine el efecto 1%-5% en la compraventa de liquidez; que la recuperación inmobiliaria -que puedan seguir desprendiéndose de los inmuebles “capturados”, perdón, adjudicados-, no se produzca; que la actividad económica no se recupere -ellos que las asfixian con la restricción de crédito- ; etc.
Sin embargo, no hay duda que esa noticia es mucho mejor para todos que la contraria. ¡Que la gran Banca -la Reina Roja- gane dinero, acelerará el riego de liquidez que la tierra española necesita para su crecimiento!