Madrid se consolida como uno de los principales destinos europeos para el turismo de eventos, con un fuerte impulso gracias al auge del “gig tripping”. La venta masiva de entradas para conciertos de artistas como Bad Bunny o Bruce Springsteen ha disparado la demanda hotelera en la capital. Durante los días de los grandes espectáculos, los precios medios de los hoteles aumentaron entre un 23% y un 76%, y en algunos casos superaron el 100%, generando un impacto económico millonario para la ciudad.
Este fenómeno, analizado por Colliers, demuestra cómo la planificación cultural estratégica puede reforzar el posicionamiento internacional de Madrid. La combinación de oferta musical, infraestructura hotelera y conectividad convierte a la capital en un polo de atracción creciente. El turismo musical no solo llena recintos, también dinamiza la actividad económica, amplía la ocupación hotelera y diversifica la estacionalidad de la demanda turística.
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