Palma de Mallorca. Ni una semana ha durado el noviazgo entre el grupo hotelero Barceló y Orizonia. Muchos en el sector habían dejado caer que el acuerdo se había hecho con ciertos recelos, y han bastado unos días para que esas divergencias de partida hicieran saltar por los aires ese acuerdo. Eso y sobre todo el que el nuevo comprador llegara con unas mucho mejores condiciones económicas. Nada menos que 20 millones más.
La llegada como un elefante en una cacharrería de Juan José Hidalgo, el presidente de Globalia, con más dinero del que ponía la familia Barceló, ha bastado para que Orizonia cambiara de opinión en apenas seis días.
Han sido conversaciones vertiginosas a lo largo de todo el Puente de la Constitución y de la Inmaculada, las que, al final, el domingo por la noche, desembocaron en el nuevo acuerdo que dejaba en papel mojado el suscrito seis días antes.
Son 60 millones, 20 más de los que ponía Barceló, los que han ayudado a llevar a cabo este giro inesperado. También asume Globalia la deuda, aunque no se tenga constancia de que sea por el total del pasivo, cercano a los 600 millones de euros.
La oferta de Barceló solo incluía hacerse cargo del 80% de la deuda, algo que no fue del agrado de algunos de los accionistas de Orizonia, entre los que se encuentra Carlyle (55%), Vista Capital (36%) y las sociedades de capital riesgo del Banco Santander e ICG. El consejo de Orizonia considera que la oferta de Globalia no sólo es sensiblemente mejor, sino que tiene efectos más positivos, en todos sus términos, para la compañía y acreedores financieros. Lo positivo es que una parte de esos 60 millones se ingresarán de manera inmediata, una vez que los técnicos de Competencia den el respaldo a la operación.
Globalia es el primer grupo de turismo en España. Empresa de carácter y gestión familiar, facturó 3.144 millones en el último ejercicio. Entre sus principales filiales destaca Air Europa, Halcón Viajes y Viajes Ecuador. Con la unión de Orizonia al grupo se forma un auténtico gigante de la industria turística.