Madrid. Reyal Urbis vuelve a verse abocada otra vez al abismo. En mayo del pasado año lograba renegociar ‘in extremis’ su deuda financiera para evitar el concurso de acreedores, pero las condiciones de la reestructuración y el mantenimiento de la crisis del mercado inmobiliario han resultado imposibles de superar.
En las notas explicativas remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), junto a los resultados correspondientes al primer semestre de 2011, el grupo presidido por Rafael Santamaría admite encontrarse en “causa de disolución”, ya que, según el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital, éstas deberán disolverse cuando el patrimonio neto quede reducido a una cantidad inferior a la mitad del capital social, a no ser que éste se aumente o reduzca en la medida suficiente, y siempre que no sea necesario solicitar la declaración de concurso. Son 4,9 millones de euros de patrimonio neto negativa y el capital social asciende a 2,9 millones.
Ante esta situación, “el Consejo de Administración ha acordado iniciar las actuaciones necesaria para activar el mecanismo de conversión de deuda con objeto de solventar la citada situación patrimonial”. Actuaciones que pasan por echar mano de una de las cláusulas recogidas en la refinanciación del crédito sindicado, relativas a llevar a cabo esa reconversión de deuda en crédito participativo, tramo cuyo importe, a 30 de junio de 2011, se eleva a 63,5 millones de euros.
El reconocimiento de hallarse en causa de disolución coincide con la presentación de resultados correspondiente al primer semestre de 2011. Entre enero y junio, Reyal Urbis recortó un 21% las pérdidas respecto al mismo periodo de 2010, pero éstas siguen siendo muy cuantiosas, de más de 161 millones.
La facturación se redujo un 91 %, hasta los 54,9 millones de euros, debido principalmente a la caída de los ingresos del área de promoción residencial –sólo 26 millones con 115 viviendas entregadas– y al nulo ingreso por venta de terrenos, cuando un año antes fueron de 310 millones. Los ingresos por arrendamiento alcanzaron los 11,9 millones, el 23,7 % menos, en tanto que los generados de su actividad hotelera alcanzaron los 16,8 millones, el 0,6 % más.
Tampoco la deuda da alegría alguna. Todo lo contrario, sigue subiendo. Un 1,5% más en los últimos seis meses, hasta los casi 3.853 millones de euros.