Aparentemente todo parecía de lo más normal cuando, el pasado viernes, un hecho relevante remitido por la inmobiliaria Quabit a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicaba que la Sareb, el banco malo presidido por Jaime Echegoyen, se había convertido en segundo máximo accionista de la promotora presidida por Félix Abánades con el 7,7% del capital, al quedarse con 193,5 millones de acciones que Martibalsa tenía puestas como garantía de un préstamo.
Pero bastaron unas horas para que Martibalsa -la promotora valenciana presidida por Juan José Galiano- saliera a la palestra para apuntar no tener constancia de dicha ejecución por parte de Sareb de la prenda formalizada en 2009 sobre una parte significativa de sus acciones en Quabit y que rechaza la validez y eficacia jurídica de la posible ejecución.
Martibalsa asegura que todo se deriva de un malentendido, y que es la propia Rayet -el grupo a través del que Abánades controla Quabit- la que debería asumir esa deuda impagada.
Y que, al respecto, el pasado mes de diciembre, antes del vencimiento de la deuda de Rayet, notificó notarialmente a la propia Sareb, a la entidad depositaria de las acciones y a la Sociedad Rectora de la Bolsa de Valores de Madrid, su expresa oposición a la procedencia de dicha ejecución, por considerar jurídicamente extinguida la referida prenda. Y anunciaba la interposición de acciones legales.
El malentendido viene de 2009, cuando CV Capital -empresa de Enrique Bañuelos- traspasó al Grupo Rayet una póliza de crédito que mantenía con Bankia por importe de 21 millones de euros. Martibalsa se constituyó entonces en garante solidario de esas obligaciones de pago y para ello pignoró parte de las acciones de Quabit, las que ahora ha ejecutado Sareb tras vencer, el pasado 10 de diciembre, el préstamo.
Para Rayet, esta póliza de crédito está clasificada en su convenio de acreedores como deuda ordinaria. Ahora, tras aplicar las condiciones del convenio de acreedores, el capital pendiente de pago queda fijado en 1,4 millones de euros a 10 años.
Tras este movimiento, Martibalsa diluye su participación, hasta el 3,3%, frente al 11% anterior, y pasa a ser el cuarto accionista de la compañía, por detrás del presidente de Quabit, Félix Abánades, que se mantiene como accionista mayoritario con un 20,5%; de la propia Sareb, con el 7,7%; y de KKR, con un 5,39%.
En el hecho relevante comunicado a la CNMV, Quabit precisa que la participación de la Sareb se articula como una inversión financiera no estratégica, por lo que el banco malo no tiene intención alguna de asumir responsabilidades en la gestión de la inmobiliaria.