Los procedimientos judiciales son lentos, pero no se paran. En el desarrollo residencial de Valdebebas lo están comprobando nuevamente. En principio, todo quedó arreglado con la subsanación que el Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado mes de agosto, en relación con la sentencia del Tribunal Supremo, de septiembre de 2012, que anulaba este ámbito y otros 20 por haberse urbanizado sobre terrenos no urbanizables.
Pero esta subsanación no lo arreglaba todo. Ni mucho menos. Un sinfín de recursos quedaban por resolver. Ahora, las partes han conocido uno de ellos. Se trata del de apelación, presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, contra el acuerdo municipal que aprobó el proyecto de reparcelación de Valdebebas. Y la Sección 1ª de la Sala Contencioso-Administrativo del TSJM lo deja bien claro en su sentencia: el proyecto de reparcelación de Valdebebas es nulo.
Desde la Junta de Compensación de Valdebebas se han apresurado a transmitir, en pleno día festivo en Madrid, que dicho fallo, relativo a un instrumento urbanístico de 2009, no invalida el planeamiento vigente por el cual se rige Valdebebas en la actualidad y que fue aprobado el 2 de agosto de 2013, ya que, según ellos, todos los actos administrativos e instrumentos posteriores a dicha aprobación y que por tanto se ajustan al nuevo planeamiento, son válidos de pleno derecho.
No obstante, dejan un montón de dudas y no parecen tenerlas todas consigo al señalar que “al igual que en ocasiones anteriores, existen mecanismos para resolver en un corto plazo esta circunstancia y restablecer de forma inequívoca la normalidad urbanística. Nuestros asesores jurídicos están analizando las implicaciones de esta sentencia conjuntamente con las Administraciones Públicas, e informaremos en detalle tan pronto como dispongamos de información más concreta".
A partir de ahora, habrá que ver si se ejecuta esta sentencia o no. Ejecutarla resultará complicado debido a que la urbanización ya está prácticamente finalizada, se han entregado miles de viviendas y otras están a punto de acabarse o en plena construcción.
Pero sí se podría obligar a hacer un nuevo proyecto reparcelación con lo que quedaría paralizada la actividad sobre las todavía numerosas parcelas que quedan por desarrollar, además de impedir al Ayuntamiento de Madrid otorgar licencias de primera ocupación de viviendas ubicadas en promociones terminadas y a la Comunidad de Madrid conceder calificaciones definitivas a las viviendas acogidas a algún tipo de protección.