En una sociedad donde la convivencia adopta nuevas formas, la arquitectura del hogar también debe adaptarse. DmasC Arquitectos propone soluciones flexibles y personalizadas para redibujar los espacios domésticos según los ritmos asincrónicos y las nuevas dinámicas familiares. Ya no se trata solo de habitaciones y metros cuadrados, sino de privacidad acústica, microzonas funcionales y mobiliario que permita dividir sin aislar. “Cortar la casa” se convierte así en una estrategia emocional, práctica y económica para mejorar la convivencia.
Inspirándose en referentes como la Casa Estudio de Frida Kahlo y Diego Rivera, el estudio aboga por diseños reversibles, sostenibles y centrados en el bienestar. Separar sin demoler, rediseñar sin imponer: la vivienda contemporánea debe acompañar los vínculos, no forzarlos. DmasC demuestra que el interiorismo emocional también es arquitectura avanzada, capaz de crear hogares que se adapten a la vida real de hoy.
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La casa ya no es lo que era. Ya no es ese espacio homogéneo, continuo, pensado para un núcleo familiar clásico y sincronizado. Hoy, convivir exige negociar y redibujar los límites. En muchos hogares —parejas con horarios cruzados, hijos adultos que no se van, padres separados que comparten piso, teletrabajadores solitarios— el acuerdo empieza por algo tan básico como reconfigurar el espacio. DmasC Arquitectos un estudio de proximidad, orientado al diálogo, la innovación y las personas, propone claves para transformar la convivencia contemporánea en proyectos arquitectónicos reales, funcionales y emocionalmente sostenibles.
- De la planta libre al diagrama de tiempos: arquitectura para una vida asincrónica
La vivienda contemporánea ya no se organiza por funciones fijas (cocina, salón, dormitorio), sino por secuencias de uso variables. El futuro consiste en plantas que integran zonas neutras (estancias de uso alterno), transiciones flexibles y elementos móviles o modulares que permitan adaptarse a los ritmos de cada habitante. - La privacidad como derecho espacial: No basta con tener una habitación por persona, hay que pensar en acústica, orientación, visuales, materiales fonoabsorbentes, paneles móviles, textiles técnicos y particiones ligeras que permiten dividir sin aislar. El confort no está en el número de metros, sino en su capacidad para generar calma.
- Nuevos pactos de pareja: dormir juntos, vivir separados. distribuciones con habitaciones gemelas o separadas por un núcleo común (vestidor, baño, pasillo), permitiendo independencia dentro de la cercanía. Así lo han hecho los reyes toda la historia. La arquitectura se pone así al servicio del vínculo: no lo impone, lo acompaña.
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Incluir microzonas habitables dentro de la vivienda (pequeñas cocinas, zonas húmedas independientes, accesos secundarios) puede evitar tensiones cotidianas. Es una estrategia más sostenible —y económica— que independizarse y más inteligente que permanecer sin rediseñar. - Cortar sin demoler: soluciones reversibles y low-cost
Desde tabiquerías ligeras hasta biombos acústicos, desde iluminación por capas hasta estrategias cromáticas, se puede “cortar la casa” sin tirar un solo muro. Trabajamos con mobiliario a medida, geometrías oblicuas o alfombras de uso para generar espacios psicológicos diferenciados. La reforma no siempre es material: a veces es perceptiva. - El precedente de Frida y Diego: autonomía dentro del vínculo
La famosa Casa Estudio de Frida Kahlo y Diego Rivera en San Ángel es un modelo icónico de convivencia moderna: dos bloques independientes, unidos por un puente. No hay invasión, hay conexión. En DmasC creemos que la buena arquitectura no sólo organiza los espacios, sino las emociones.