Si no se tuercen las cosas, por enésimavez, los pisos más caros en el centro de Madrid, parece que ahora sí, en algúnmomento a lo largo de este año, podrán iniciar su construcción. De momento, elAyuntamiento ha concedido licencia para demoler la construcción a medioterminar bajo rasante, como paso previo para iniciar la construcción del nuevoproyecto.
No son muchos pisos. Solo 55, pero a unprecio estratosférico, por el que sus selectos compradores pagarán entre 4 y 5millones de euros, en función de que elijan el más pequeño, de unos 400 metroscuadrados, o algo más grande, de hasta 500 metros. Además, en ambos casos, detres plazas de garaje.
Tanto han cambiado las cosas que, parahacer olvidar el pasado, sus nuevos promotores -la socimi Lar y el fondo Pimco,su principal accionista- han optado por cambiar el nombre de la promoción. Yano se llamará Juan Bravo 3. Ahora, se ha cogido el de otra de las calles quedelimita el solar para que el proyecto se comercialice bajo el nombre de Lagasca99.
La promoción ya tiene su propia web, enla que de momento no existe información alguna. Solo un teléfono con el quecontactar con Colliers, la consultora elegida para vender las lujosasviviendas, que, dados los precios, serán adquiridas en su mayor parte por inversoresextranjeros o millonarios españoles que opten por cambiar su residencia desdelas urbanizaciones -tipo Somosaguas, La Finca o La Moraleja- al centro deMadrid, en el corazón del distrito de Salamanca.
Lar, como gestora del proyecto, y Pimco,como financiador principal de la operación, se hicieron con el goloso solar endiciembre de 2014, cuando el juez de lo Mercantil 11 de Madrid aceptó la ofertade 120 millones de euros -por este solar y por otro en la cercana calle deClaudio Coello-, de manera que las concursadas Juan Bravo 3 y su accionistaprincipal, Eurosazor, pudieran superar la quiebra pagando las deudas a susacreedores.
La sociedad Juan Bravo 3 había sidoconstituida en diciembre de 2006 por Eurosazor. Entonces, sobre el solar seerigían sendos edificios de oficinas, propiedad de Repsol y de Mutua Madrileña,por los que Eurosazor pagó 131 millones en 2007.
La irrupción de la crisis paralizó elproyecto hasta junio de 2011, cuando se decidió retomar los planes deconstrucción. Sin embargo, el nuevo intento no llegó a buen puerto y tantoEurosazor Activos como Inmobiliaria Juan Bravo 3 presentaron concurso deacreedores.