Madrid. Según datos que hoy publica el Minsiterio de la Vivienda, la Sociedad Pública de Alquiler (SPA), ha cerrado 1.179 contratos de arrendamiento en el primer trimestre de 2010, 667 nuevas viviendas han entrado a formar parte del parque gestionado por la Sociedad y 2.480 ciudadanos se han interesado por alguna de las viviendas que ofrece.
Desde que se creó la SPA, 16.742 arrendadores le han confiado su vivienda para que la ponga en alquiler y 26.880 arrendatarios se han interesado por alguna de las viviendas que ofrece. En este tiempo, la SPA ha cerrado 13.277 contratos de alquiler.
Lo que no sabemos todavía muy bien es por qué el Estado se dedica a alquilar viviendas y cuanto nos cuesta su desastrosa y poco transparente gestión. En reiteradas ocasiones parlamentarios de varios grupos han denunciado el gasto innecesario que supone esta sociedad y le han recordado al Gobierno su promesa de que la SPA se «autofinanciaría a partir de 2007». No obstante, ya en 2008 hubo un descubierto y se tuvieron que invertir 8,2 millones de euros para evitar la quiebra. Las cuentas de 2009 han sido ‘ocultadas’ en la contabilidad de otros organismos públicos.
En los Presupuestos Generales del Estado para el año 2010, la partida que corresponde a la SPA, por primera vez, no aparece de forma desglosada.
La SPA después de cuatro años no ha tenido los resultados esperados y prometidos y su gestión ha ido de mal en peor; basta con recordar que ha contado con tres presientes distintos en cuatro años, sus costes han aumentado más de un 50%, tiene importantes pérdidas y su incidencia en el mercado de alquiler ha sido mínima.
En opinión de José Manuel García Ballestero, parlamentario del Partido Popular, ‘cada piso que la sociedad pública consigue alquilar, le está costando a los españoles 2.500 euros, y a esto el Gobierno le llama eficacia’.