Barcelona sigue dándole vueltas a cómo aumentar la superficie de los grandes centros comerciales sin que el pequeño y mediano comercio ponga el grito en el cielo. Un tema peliagudo que lleva ya varias legislaturas sobre la mesa y que suscita gran controversia entre las partes interesadas. Ahora, a un año vista de las elecciones municipales y con el verano a la vuelta de la esquina, el asunto vuelve a cobrar actualidad.
En anteriores mandatos ya se aprobó ampliar los centros comerciales de La Maquinista, Les Glòries y crear un nuevo establecimiento en la Estación de Sants. Nunca se llevaron a cabo las obras, pero ahora el Ayuntamiento ha otorgado ya los permisos, con lo que sus propietarios tienen vía libre para proceder a la ampliación en cuanto lo estimen oportuno.
Además, el Ejecutivo local presidido por Xavier Trias baraja una ampliación adicional de La Maquinista y dos centros comerciales nuevos que se construirán en la futura Estación de la Sagrera.
Los comerciantes de Barcelona temen que todas estas ampliaciones puedan tener efectos negativos sobre los pequeños negocios, y ya ha presentado alegaciones con argumentos como que, en estos momentos todavía de crisis y con un consumo que no acaba de arrancar, no hay necesidad de incrementar las grandes superficies porque no exista una demanda suficiente por parte del consumidor que respalde estas ampliaciones.
Mientras tanto, el pequeño comercio de Barcelona confía en que los dos principales partidos con representación en el Ayuntamiento, CiU y PSC, sean capaces de alcanzar un acuerdo para abrir los comercios durante cuatro horas los domingos de los meses de julio y agosto, siempre que esta apertura dominical no se vincule con las ampliaciones de los centros comerciales.
El acuerdo para la apertura en festivos empieza a urgir. Debería aprobarse como muy tarde en el pleno municipal del próximo 27 de junio. Solo así sería posible llegar a tiempo para abrir en julio.
Y deberá hacerlo Trias con el apoyo de los socialistas, ya que el Partido Popular considera que no se pueden acotar las aperturas a los meses de verano ni a solo cuatro horas. La misma posición defienden los hoteleros y los comerciantes integrados en la Barcelona Shopping Line, quienes demandan una jornada más larga, que se pueda abrir durante todo el año y que se acote una zona turística restringida donde se pueda abrir.