Madrid. El cliente de las consultoras inmobiliarias es de forma simultánea y recurrente el promotor inmobiliario, el banco financiador, el particular, el fondo inversor, el constructor, el vendedor, el comprador, el arrendador, el arrendatario. La grandeza de las consultoras inmobiliarias es que al mismo tiempo y en el mismo sentido debe cumplir y responder con profesionalidad y de forma transparente ante todos ellos.
Las consultoras constantemente deben probar que, al asesorar a sus clientes cumplen su código deontológico por encima de intereses y actuaciones particulares. ¿Y qué principios manejamos? Transparencia, Profesionalidad, Confidencialidad y Responsabilidad.
EL VALOR DE LA TRANSPARENCIA EN EL MERCADO INMOBILIARIO
La Ley 30/1992 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, recoge en su artículo 3 como principios generales de actuación, junto con otros, el de transparencia. En este sentido, y tomando la transparencia como uno de los principios fundamentales que se asocian, o por lo menos deberían asociarse, a nuestro modelo de Estado y de Gobierno, la misma Real Academia de la Lengua Española la define como: “Transparencia: cualidad de transparente (…) que implica claridad, evidencia, sin duda ni ambigüedad”.
Centrándonos un poco más en el sector que nos compete, el inmobiliario, siendo éste uno de los principales motores de la economía, observamos que se ha ido haciendo cada vez más necesario introducir mejoras en materia precisamente de transparencia.
Transparencia como elemento de control rápido y eficaz para evitar la evasión, regular la informalidad, controlar la brecha en la valoración del inmueble entre el momento en que se oferta y su venta, como herramienta para la lucha contra el blanqueo de capitales, en definitiva, la transparencia como base para regenerar esa confianza pedida en el mercado inmobiliario español.
Con todo, parece ser que en los dos últimos años se han venido produciendo continuos avances en cuanto a transparencia a nivel general y concretamente en el sector inmobiliario. Aun así, el ritmo de las reformas legales y normativas ha sido lento, la actitud de los principales actores quizás no haya sido la adecuada a pesar de que tanto los gobiernos como las empresas del sector reconocen que para el éxito es necesario que los mercados inmobiliarios sean transparentes, por lo que la mejora de la transparencia en las transacciones ha sido limitada.
Aún queda mucho trabajo por hacer sobre todo en un país que tiene el reto de aumentar la confianza de los inversores internacionales y de sus ciudadanos. Puede que la transparencia sea una de las soluciones a largo plazo.
MEDIDAS CONCRETAS PARA FAVORECER LA TRANSPARENCIA EN EL MERCADO INMOBILIARIO
En España ya existen normas que establecen obligaciones concretas que tienen por objeto fomentar la transparencia y publicidad de la actividad inmobiliaria, como normas sectoriales en materia de contratos, concursos o subvenciones.
Queda mucho por hacer y que éste es el mejor momento para implementar medidas que de verdad den un vuelco a nuestro mercado y lo doten de la estabilidad y transparencia que todos precisamos. No se trata de revolucionar el panorama actual, sino de mejorar lo ya conseguido y de facilitar a todos los ciudadanos herramientas acordes a sus intereses. Un mercado inmobiliario transparente, estable y fiable es un mercado atractivo para todos los que participamos en él.
Conocimiento del mercado: no existe una visión global y de calidad del mercado inmobiliario español, ni una herramienta objetiva, pública y de fácil acceso donde se pueda obtener información veraz y actualizada del mismo que, además de facilitar transacciones, nos permita diagnosticar los orígenes de los profundos problemas de nuestro mercado.
Contratos transparentes, claros, concretos y sencillos
Reglas de juego claras, eficientes y estables: dependiendo de la ubicación del inmueble tenemos un sinfín de normativa específica, excepciones y singularidades a aplicar que hacen que percibamos el mercado como un complejo entramado normativo y burocrático de muy difícil comprensión y acceso. Por otro lado, los procesos de tramitación urbanística no terminan de ser ágiles y aunque en esta materia las administraciones han mejorado, es necesaria una menor burocracia velando siempre por la más absoluta objetividad y transparencia.
Asesoramiento especializado y profesional: en una transacción inmobiliaria actúan numerosos agentes que a veces no tienen bien delimitadas sus funciones o bien éstas no se perciben con claridad por los consumidores.
Más información: Informe completo de la ACI.