Madrid. A un año vista de que el Ministerio de Fomento inicie el proceso de liberalización de los ferrocarriles españoles, se desconocen todos los detalles acerca del proceso de licitación, pero ya se sabe que los agentes interesados en entrar están dando los primeros pasos.
El grupo británico National Express, propietario de la compañía de transportes española Alsa, ya ha manifestado su intención de hacerse con alguno de los lotes que se pongan en liza, especialmente las líneas de alta velocidad de Madrid a Sevilla o Barcelona.
Estamos decididos a “explorar nuevas oportunidades en este nuevo mercado”, comentaban los dirigentes del grupo británico durante la presentación de los resultados del primer semestre. La familia Cosmen, fundadora de Alsa, es uno de los accionistas de referencia del grupo británico con el 17% del capital.
La eventual entrada en el transporte ferroviario español pondría a National Express en una posición de privilegio en el mercado europeo, toda vez que ya ha entrado en liza en el concurso convocado en Alemania para optar a cuatro franquicias regionales en este país.
No es la primera vez que en los últimos años Alsa, antes por su cuenta y ahora a través de su matriz británica, muestra su interés en liberalizar el ferrocarril de pasajeros en España. De momento, la empresa de la familia Cosmen dispone de dos licencias menores, como operador ferroviario y otra de seguridad que le permite mover un tren de mercancías sin la necesidad de que otra compañía suministre la tracción de una máquina locomotora.
La racionalización pasa por racionalizar el alto gasto existente, eliminando de un plumazo el sinfín de empresas intermediarias que, además de resultar, en muchos casos ineficientes, acumulan también un alto coste financiero.
En principio, a falta del acuerdo definitivo, el proyecto ministerial ha puesto sobre la mesa la privatización cuatro sociedades, que mantendrían su status de ente público, extinguir los Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve).