Madrid. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales FAES ha presentado hoy, jueves 10 de marzo, en Madrid, el Índice de Libertad Económica 2011, editado junto a The Heritage Foundation y The Wall Street Journal, en el que se indica que el aumento del gasto público en España es uno de los factores que están lastrando el crecimiento de su libertad económica.
España mejora su posición en el ránking de 2011 de manera “moderada” respecto a 2010, en palabras de James Roberts, investigador del Center for Internacional Trade and Economics de The Heritage Foundation. En términos cuantitativos, pasa de 69,6 puntos a 70,2 y se sitúa en el puesto 31 por detrás de países como Estonia, Chipre, Lituania o Qatar.
El documento, que se publica anualmente desde 1996 y que analiza la situación de 183 países de todo el mundo, los clasifica atendiendo a diez medidas que evalúan la apertura económica, el estado de derecho y la competitividad, con el objetivo de establecer una relación positiva entre la libertad económica y la prosperidad de las naciones. Entre las conclusiones del Índice se encuentra la recuperación de gran parte del ímpetu perdido durante la crisis fiscal y la recesión global, así como que la mayoría de los países están nuevamente en un camino positivo hacia una mayor libertad.
En el acto de presentación del Índice han participado, además de Roberts, Fernando Navarrete, director de Economía y Políticas Públicas de FAES; Joaquín Trigo, director ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional, y Pedro Schwartz, presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia de Madrid.
CLIMA PARA LA INVERSIÓN
En la introducción al acto, Fernando Navarrete ha asegurado que “vivimos en un mundo que crece y crece, aunque para algunos ésto sea exótico y les sorprenda” y ha celebrado que “el mundo está avanzando porque la libertad económica está avanzando en todo el mundo”. Navarrete, que ha recordado que “la realidad ha dado la espalda a todos los augurios sobre que esta crisis económica sería el final del capitalismo”, ha considerado la libertad económica como un factor “indisoluble del ansia absoluta de libertad de todos los hombres y todas las sociedades”. “Es la primera mecha en prender, y de ese ansia surgen otras”, ha reiterado.
Por su parte, James Roberts, de The Heritage Foundation, ha indicado que “los gobiernos han de crear el clima oportuno para la inversión sin entrar en competencia con el sector privado”, a lo que ha añadido que “existe una relación directa entre la libertad económica y la prosperidad de los países”.
De igual forma, ha afirmado que “si España ha sido capaz de avanzar en el ranking este año, ha sido porque la tasa de inflación ha disminuido”, ya que “existen todavía áreas en las que se puede mejorar bastante”. Entre ellas, ha subrayado el “gran ascenso que ha sufrido el gasto público español”, así como “la importante bajada de la libertad frente a la corrupción” que se ha observado en nuestro país.
DEBILIDADES ESPAÑOLAS
El director ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional, Joaquín Trigo, ha subrayado durante su intervención que a España no le basta con mantenerse en puestos “moderados”. “Sólo con no crecer, España ya está perdiendo, porque los demás países con los que competimos están ganando posiciones”, ha alertado. Trigo ha afirmado que, si bien en la clasificación mundial de países “España no está en mala posición, entre los 35 primeros”, en términos de crecimiento nuestro país adolece de debilidades.
En este sentido, Trigo ha señalado la vulnerabilidad al impacto del desempleo, ya que “nuestra mejor posición histórica de paro es la peor de países de nuestro entorno”, así como la sostenibilidad de las empresas, que han pasado de 125.000 a 105.000 en dos años. Asimismo, ha llamado la atención sobre el exceso de legislación y la arbitrariedad, “el fin de la democracia”, ha asegurado antes de concluir que “llevamos tiempo bajando; cuando lleguemos abajo, quizá rebotemos”.
POTENCIAR LA LIBERTAD
Pedro Schwartz, presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia de Madrid, ha afirmado que el hecho de que vivamos en democracia no tiene por qué significar que “se respeten los derechos humanos o que exista libertad económica”. De hecho, ha destacado como un indicador de máxima trascendencia “la libertad frente a la corrupción política”, lo cual “se muestra como un tema de especial gravedad en cualquier tipo de régimen”.
Con respecto a la situación que en la actualidad se vive en el norte de África ha señalado que, tras las revoluciones populares, “no es seguro que se vaya a construir una democracia liberal”, ya que “muchas de las que se constituyan no serán tal y como las conocemos”. En esta línea, ha añadido que “el Magreb y Oriente Medio tienen ahora en sus manos la capacidad de crear libertad económica, aunque no se sabe si lo van a conseguir”. Por último, y en este sentido, ha dado relevancia a la elaboración de este tipo de índices, realizados con el objetivo tanto de “multiplicar las oportunidades económicas” como de “potenciar la libertad individual de los ciudadanos”.
