El coste del alquiler en España sigue en aumento, obligando a los españoles a destinar una mayor parte de sus ingresos al pago de la vivienda. En 2023, el 43% del salario bruto se destinó a cubrir el alquiler, un aumento respecto al 41% del año anterior, según el estudio “Relación de salarios y vivienda en alquiler en 2023” de InfoJobs y Fotocasa. Este incremento se da en un contexto donde los sueldos han descendido un 1,6% mientras que el precio de la vivienda en alquiler ha subido un 5,7%.
Aumento del precio del alquiler y descenso salarial
El año 2023 cerró con un aumento del precio del alquiler del 5,7%, situando el costo medio en diciembre en 11,66 euros por metro cuadrado al mes. Este incremento, combinado con un descenso del 1,6% en los salarios, ha llevado a que los españoles deban destinar un 43% de su sueldo bruto al alquiler, la cifra más alta de los últimos cinco años. El salario medio en España, según InfoJobs, fue de 26.245 euros brutos anuales, equivalentes a 2.187 euros mensuales en doce pagas. Con estos ingresos, alquilar una vivienda de 80 metros cuadrados implica un esfuerzo económico considerable.
María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, destacó que «el encarecimiento del arrendamiento ha llevado a que el esfuerzo salarial para acceder al alquiler esté muy por encima de lo recomendado por los organismos de control europeos, que establecen un máximo del 30% del salario destinado a la vivienda. En casi toda España, excepto en dos comunidades, el desembolso para el alquiler supera niveles perjudiciales». Este desajuste entre salarios y precios de alquiler ha creado una situación de inaccesibilidad preocupante en el mercado inmobiliario español.
Disparidades regionales y provinciales
El estudio también revela importantes disparidades regionales y provinciales en cuanto al porcentaje del salario destinado al alquiler. En la provincia de Barcelona, por ejemplo, se dedica el 65% del sueldo bruto al alquiler, mientras que en Ciudad Real este porcentaje es del 19%. En cuatro comunidades autónomas y 16 provincias, el gasto en alquiler se mantiene en o por debajo del 30% del salario bruto, pero en la mayoría del país, los residentes deben destinar una porción significativa de sus ingresos a la vivienda.
Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, señaló que “el salario bruto medio mensual de 26.245 euros alcanzado en 2023 supone un incremento respecto a 2021, año afectado por la pandemia. Sin embargo, este aumento salarial no ha sido suficiente para contrarrestar el impacto de la inflación, que ha disminuido el poder adquisitivo y sigue afectando las condiciones de vida de los trabajadores”. Este contexto inflacionario ha exacerbado la brecha entre salarios y costos de alquiler, incrementando la carga financiera para muchas familias.
Impacto del alquiler en la vida cotidiana
El incremento del alquiler tiene un impacto significativo en la vida cotidiana de los españoles, afectando su capacidad para ahorrar y su calidad de vida. Con un 43% del salario destinado al alquiler, muchas personas encuentran difícil cubrir otros gastos esenciales como alimentación, transporte y salud. Este escenario ha llevado a un aumento en la demanda de viviendas más asequibles y ha generado un debate sobre la necesidad de políticas públicas que regulen los precios del alquiler y aumenten la oferta de viviendas accesibles.
El estudio de InfoJobs y Fotocasa pone de manifiesto la urgencia de abordar esta problemática desde diversas perspectivas. No solo es necesario ajustar los salarios al costo de vida actual, sino también implementar medidas que controlen el aumento desmedido de los precios del alquiler. La situación es especialmente crítica en las grandes ciudades como Barcelona y Madrid, donde el mercado inmobiliario es altamente competitivo y los precios del alquiler son inasequibles para muchas personas.
La situación del mercado de alquiler en España refleja una tensión constante entre la oferta y la demanda. A medida que más personas buscan vivienda en alquiler, especialmente en áreas urbanas, la presión sobre los precios continúa aumentando. Esto requiere una intervención coordinada entre el gobierno, las empresas inmobiliarias y la sociedad civil para encontrar soluciones sostenibles que garanticen el acceso a viviendas dignas y asequibles para todos.