La necesidad de cambiar de vivienda ha aumentado en los dos últimos años, y lo ha hecho en sentido opuesto a la capacidad de muchas personas para afrontar ese cambio a corto plazo. La encuesta sobre Necesidades y Demanda de Vivienda 2013, un estudio bienal que elabora el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, y que acaba de ver la luz, centraliza esa demanda en 61.621 de los 872.500 hogares existentes en la CAPV (un 7,1%).
A juzgar por los datos del informe, Bizkaia, con un incremento del 85,7%, es el territorio donde más se ha extendido la necesidad de traslado (41.283 hogares); seguido de Álava, que lo hace de forma más moderada (un 33,6%). Por su parte, Gipuzkoa ha pasado de 9.218 viviendas implicadas en 2011 (3,4% del total) a “solo” 11.521 en 2013 (4,1%). Los datos ofrecidos para el conjunto de la geografía vasca sitúan la necesidad de cambio de vivienda en uno de los niveles más elevados desde 2005.
De los 61.621 hogares que necesitan cambiar de vivienda, la posibilidad de afrontar el cambio durante este año se limita al 20,5%, cuatro puntos menos que en 2011. Sin embargo, si el plazo se amplía a cuatro años, esa probabilidad aumenta hasta el 49,5%.
Entre las razones que se esgrimen para el cambio de vivienda, el tamaño inadecuado de la misma se apunta en el 33,1% de los casos. Tras este motivo, aparece la búsqueda de un alquiler más barato (17,2%), un factor que va en aumento en los últimos años. A las anteriores les siguen, la existencia de carencias de accesibilidad en la vivienda y la ausencia de ascensor (11,1%).
La importancia creciente de quienes buscan un alquiler más barato contrasta con la caída del número de personas que optan por una vivienda en propiedad. Este porcentaje pasa, de significar un 15,4%, en 2008, a apenas un 4%, en 2013.
Primera vivienda
En la CAPV hay 267.256 personas de 18 a 44 años que conviven con sus progenitores o tutores. Un 24,5% de ellas, 65.346 en total, necesitan acceder a su primera vivienda y disponen de ingresos propios suficientes para hacerlo. Este porcentaje se incrementa a medida que avanza la edad y alcanza el 33% en el tramo que va de los 35 a los 44 años, aunque la mayoría de ellas ya está emancipada.
Y si bien una de cada cuatro personas de 18 a 44 años podría acceder a una vivienda por disponer de ingresos, este hecho resulta impensable para el 63% que, estando en ese mismo tramo de edad, no cuenta con ingresos o estos resultan insuficientes.
La encuesta sobre Necesidades y Demanda de Vivienda 2013 señala esta circunstancia de la que se libra únicamente Gipuzkoa. Esta caída general, que se acerca al 40%, con respecto a 2010, se debe fundamentalmente a dos factores: el demográfico y la crisis económica.
El primero está relacionado con la caída del volumen de personas de 18 a 44 años que conviven con sus progenitores, cifra que pasa de 302.733 en 2010, a 267.256 en 2013; es decir, una disminución del 11,7%. El segundo, se vincula al incremento de la población que, o bien no dispone de ingresos (52,8%) o estos son insuficientes o inestables (10,2%). Ambos grupos sumaban 168.407 personas en 2013.
La caída de la necesidad de primera vivienda está asociada a Bizkaia y Álava. La población de Bizkaia de 18 a 44 años, en 2013 necesitaba 29.945 viviendas, 16.863 menos que en 2011, con una reducción del 36%.
La población alavesa también demanda menor número de viviendas de primer acceso que en 2011, pasándose de 8.306 viviendas en 2011, a 6.666 viviendas en 2013, con una reducción porcentual del 19,7%.
A diferencia de las anteriores, en Gipuzkoa se incrementa solo ligeramente la necesidad de primera vivienda, pasando de 21.246 a 22.707 viviendas entre 2011 y 2013, con un incremento del 6,9%.
La fuerte caída de la necesidad de primera vivienda entre 2010-2013 pone de manifiesto el impacto de la crisis económica en los procesos de emancipación de la población.
En ese periodo, se reduce de 104.779 a 63.335 el número de personas que requieren de una primera vivienda para vivir en pareja o simplemente independizarse, disponiendo en paralelo de ingresos para hacer frente al proyecto (tres de cada cuatro demandantes de primera vivienda aducen la emancipación de la familia). Pero a diferencia de lo observado entre 2010 y 2011, ahora el deterioro económico se traduce sobre todo en la caída de la necesidad vinculada a proyectos de emancipación que implican la creación de nuevas familias.
El 44,1% de las personas que demandan la primera vivienda disponen de un trabajo por cuenta ajena y con contrato fijo, por encima del 36,8% con acceso a un contrato eventual. El personal trabajador por cuenta propia representa el 11% y el resto de categorías ofrecen porcentajes inferiores al 10%. El 38,7% se decanta por el alquiler frente al 36,7%, que prefiere la propiedad.
En cuanto a las características constructivas, el 30,1% se decanta por viviendas entre 61 y 75 metros cuadrados y el 28,4% por viviendas inferiores a 60 metros.