El pipeline estimado se sitúa en torno a las 90.180 viviendas hasta 2028.
Únicamente el 18,1% de la población española vive de alquiler real, frente al 23,4% de la media de la Unión Europea y el 28% de media en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
En 2020, el residencial de alquiler supuso el 27% de toda la inversión inmobiliaria en el mundo, un 12% más que en 2010.
Según los datos obtenidos por Atlas Real Estate Analytics en su último estudio Estado y tendencias del build to rent en España, se estima que entrarán en el mercado del alquiler 18.000 viviendas nuevas entre 2022 y 2023.
Hasta el cierre de 2020, numerosos actores del sector inmobiliario español han expresado su interés en proyectos build to rent (BTR). Teniendo en cuenta la información publicada por estos agentes, tanto entidades privadas -promotoras, fondos, operadores y otros-, como la administración pública, se prevé la promoción de 90.180 viviendas para BTR hasta 2028.
Aunque los nuevos desarrollos suponen un importante incremento frente a la situación actual del mercado, lo cierto es que no son suficientes para satisfacer toda la demanda potencial, por lo que es de esperar que el número de proyectos y de viviendas destinadas al BTR aumente sustancialmente cada año.
Demanda de alquiler en España
En los últimos quince años, todas las franjas de edad, a excepción de los mayores de 65 años, han aumentado significativamente el uso del alquiler como solución para acceder a la vivienda. Sin embargo, en la actualidad, únicamente el 18,1% de la población española vive de alquiler real, frente al 23,4% de la media de la Unión Europea y el 28% de media en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
Desde el punto de vista geográfico, todas las regiones españolas, a excepción de Murcia, han crecido en porcentaje de vivienda en alquiler sobre el total. A pesar de ello, todavía hay comunidades con bastante margen de crecimiento, como es el caso de Andalucía, la Comunidad Valencia, Galicia y País vasco. En este sentido, se estima que son necesarias 991.545 viviendas para alcanzar la media de alquiler en Europa y 1.831.440 para igualar a las principales economías del continente.
«En los últimos años numerosos factores se han conjugado para aumentar el interés de la población en optar por vivienda en alquiler en lugar de la compraventa. Entre las causas que más impacto han tenido se encuentran el encarecimiento de la vivienda respecto a los salarios, mayores restricciones hipotecarias, un aumento de la movilidad laboral y, a causa de la pandemia del Covid-19, el creciente desempleo que afecta especialmente a la población joven» indica Alejandro Bermúdez, CEO de Atlas Real Estate Analytics.
Pese a que el alquiler parece haber pasado un peor 2020 que la compraventa de vivienda, varios indicios apuntan a que este efecto es temporal. Las caídas en precios solo se han dado en ciertas tipologías de inmuebles, fruto de la entrada masiva en el mercado de viviendas turísticas. En el
momento en el que la oferta de inmuebles turísticos se estabilice y se hagan notar las consecuencias económicas de la pandemia, el alquiler volverá a tener periodos de crecimiento de precios y absorciones que beneficiarán al BTR.
Oportunidades para la inversión en alquiler
En 2020, el residencial de alquiler supuso el 27% de toda la inversión inmobiliaria en el mundo, un 12% más que en 2010. En este contexto, el BTR se desmarca como un producto atractivo para toda clase de inversores, capaz de ofrecer rendimientos estables a muy largo plazo.
Una de las características del mercado español es que este encuentra atomizado, con un gran número de personas físicas que optan por el alquiler de su segunda vivienda como forma de obtener rendimiento de sus inversiones. Solo el 4,2% de los inmuebles en alquiler pertenece a grandes tenedores -personas jurídicas con más de 8 inmuebles en propiedad-, que se concentran principalmente en las grandes ciudades. Un aumento exponencial de proyectos BTR puede desencadenar la disminución de caseros individuales del mercado, mediante la oferta de mejores inmuebles y precios más competitivos, generando inmensas oportunidades de crecimiento.
Entre otros factores, cobran especial relevancia los planes públicos de desarrollo, como son el Plan Vive o el Plan 20.000. La necesidad social de acceso a la vivienda plantea una oportunidad única para la colaboración público-privada en el ámbito del alquiler asequible, especialmente entre los sectores jóvenes de la población.
Cabe destacar que el BTR presenta desafíos novedosos a la hora de hacer planes de negocio en el ámbito inmobiliario. En concreto, el aumento de los costes de operación y la amenaza de un descenso en la demanda pueden hacer inviables muchas inversiones. Como resultado, promotoras y gestoras están empezando a desarrollar nuevas marcas, potenciando la capacidad de relacionarse con distintos públicos y la comercialización de productos residenciales para ofrecer soluciones de vivienda en todas las fases de vida del consumidor, como puedan ser las residencias de estudiantes, coliving y residencias de ancianos.