Madrid. Esa máxima económica de que cuando hay demanda todo sube y, cuando no, el precio del producto en cuestión tiende a bajar, no se está cumpliendo en el caso del alquiler de vivienda. Cada vez existe más demanda por arrendar la casa, pero el dinero con el que cuentan los inquilinos cada vez es menor, con lo que a los propietarios no les está quedando otra que bajar drásticamente los precios, o no hacerlo y quedarse con el piso vacío.
En las grandes capitales, como Madrid y Barcelona, y en la mayoría de las zonas, se están dando precios de hace una década. Lejos quedan ya aquellas rentas de en torno a márgenes de entre 800 y 1.000 euros mensuales para pasar a una horquilla que, para esas mismas viviendas, oscila entre 500 y 700 euros.
Y todo en un mercado, como el del alquiler, que se antoja como el único para encontrar una vivienda donde vivir, empujado por diversas circunstancias como la crisis económica, la dificultad para acceder a financiación con la que plantearse la compra o las medidas tomadas por el Gobierno para incentivar el alquiler con un marco jurídico más favorable.
Además, la bajada de precios está dando lugar a situaciones curiosos, como que algunas familias que viven en un piso por el que pagan una hipoteca, lo ponen en alquiler para mudarse, de alquiler, a otro piso más céntrico, más grande o mejor. U otros fenómenos inéditos, como la salida al mercado de viviendas cerradas a cal y canto desde hace mucho tiempo, o el de familias que, sobre todo en zonas costeras próximas a la primera residencia, alquilan ésta y se marchan a vivir a la residencia vacacional.
Y las caídas de precios están siendo generalizadas. En algunos casos, de poco alcance, por debajo del 3% respecto a los precios de hace un año, como ocurre en capitales como Salamanca, Cáceres, Granada, Málaga y Tarragona. Pero, en otros lugares, que vienen de precio altos, como sucede en las capitales vascas, o en zonas donde la crisis está azotando de manera cruel, como Santa Cruz de Tenerife, los descuentos superan con creces el 10% hasta el 13% en el caso de la capital tinerfeña.