Con el reciente anuncio de la adjudicación de la gestión de sus activos en cuatro lotes, la proverbial opacidad informativa de la que hace gala la Sareb, el banco malo presidido por Belén Romana, ha dejado abierto un resquicio para comprobar una realidad, la de que dos años después de su puesta en marcha prácticamente cuenta con los mismos activos financieros.
Cuando en febrero de 2013 cerró la compra de los activos del Grupo 2 (los de las entidades Banco Mare Nostrum, Liberbank, Caja 3 y Ceiss), y sumando los que ya había adquirido dos meses antes del Grupo 1 (BFA-Bankia, NCG, Catalunya Banc, Banco Valencia y Banco Gallego, el total de activos sumados era de casi 197.500, por los que pagó 50.781 millones de euros. Casi 39.500 millones por 90.700 activos financieros y algo más de 11.340 millones por casi 107.000 activos inmobiliarios.
Pues bien, dos años después, y a la vista de la gestión ahora adjudicada a Solvia, Haya Real Estate, Altamira Asset y Servihabitat, se puede comprobar cómo los activos financieros apenas se han reducido un 0,5%, hasta 90.153, mientras que los activos inmobiliarios sí lo han hecho hasta algo más de 79.000 como consecuencia de los 9.142 inmuebles vendidos en 2013 y los aproximadamente 16.000 que se han transferido en 2014, además de los trasvasados a los Fondos de Activos Bancarios (FAB).
También se puede deducir que la disminución del valor de esos activos ha sido de unos 2.600 millones, hasta los 48.200 millones en los que están valorados los activos que esos cuatro servicers deben administrar hasta 2019, unos, y 2021, otros.
Sareb sabe que le va a resultar muy difícil recuperar el importe del principal de la deuda contraída por los promotores deudores con las entidades financieras en cuya posición se ha subrogado. Activos que se transfirieron al banco malo con un descuento medio sobre el principal del 47%.
Además, más del 55% de los activos financieros transferidos a Sareb estaban calificados como de dudoso cobro por las entidades transmitentes y por lo que se refiere a las operaciones formalmente consideradas “normales”, las estimaciones utilizadas en el traspaso contemplaban una probabilidad de impago media de hasta el 87,5%
En esa recuperación de activos financieros, también existen dudas acerca de los préstamos o créditos participativos. Los propios administradores de la Sareb reconocen que, con carácter general, la recuperación de su valor contable resulta remota, dada la subordinación con respecto al resto de acreedores comunes que hace que estas exposiciones sean asimilables a participaciones en el capital de las sociedades deudoras que con carácter general se encuentran en una situación financiera muy comprometida. En 2013, el deterioro de estos activos obligó a provisionar casi 260 millones de euros y este año sucederá algo parecido.