La Sareb confía en devolver sin problemas 60.000 millones de euros avalados por el Estado porque el nuevo Business Plan contempla que los ingresos inicialmente previstos se van a incrementar en 7.000 millones de euros de aquí a 2027. Y llegará a esos 72.500 millones de ingresos gracias a su conversión en promotora.
Empezaría este mismo año a terminar la construcción de 3.000 viviendas que se quedaron a medio hacer, y proseguiría en ejercicios sucesivos con la puesta en valor de los millones de metros cuadrados que le fueron transferidos por parte de las entidades financieras que habían recibido ayudas del Estado. Todo con la esperanza de que los precios –esos que todavía hoy siguen sin ajustarse completamente– crezcan de manera exponencial.
Es una de las bazas sobre las que se asientan en nuevo ‘modelo fábrica’, impulsado con la llegada del nuevo consejero delegado, Jaime Echegoyen, de cara a obtener mayores márgenes de rentabilidad con la búsqueda de un valor añadido a la gestión de activos.
Mientras, la Sareb ya ha echado sus cuentas sobre los inmuebles que va a vender en 2014 y los ingresos que llevaría aparejados. Si en 2013 se vendieron 9.142 por 800 millones de euros, en 2014 serían 11.000 los que se liquidarían para obtener por ellos unos 1.000 millones de euros.
De lo que no se habla en el plan de negocio es de los múltiples riesgos que comporta hacer unos previsiones de ingresos a 15 años vista, sin tener en cuenta la evolución tanto de los precios de los activos como de los gastos financieros que, ante un aumento de los tipos de interés, se verían incrementados cada vez que se lleve a cabo una operación de refinanciación de la deuda.
Tampoco parece tenerse muy en cuenta en el Business Plan las consecuencias que pudieran derivarse de la nueva situación del mercado inmobiliario, con la entrada a mansalva de nuevos operadores tras la cesión, por parte de la mayoría de las entidades financieras, de la gestión de activos y préstamos inmobiliarios. Servicers que van a entrar en competencia directa con los intereses de la propia Sareb, ya que de la venta masiva de activos dependerá que la cuota variable de sus beneficios resulte más cuantiosa.
Lo curioso del caso es que, además de los fondos, también se beneficiarían de estas ventas las propias entidades financieras. A la vez accionistas del banco malo y socios de las nuevas sociedades creadas junto a los inversores extranjeros para vender sus miles de activos.