Una de las premisas que nos vendieron cuando se impuso la decisión de crear un banco malo, con el objetivo de quitar lastre a las entidades bancarias, fue que este no perdería dinero. Es decir, que las propiedades intermediadas se venderían siempre por un precio superior al de adquisición.
Incluso se nos dijo que este banco malo podría llegar a ganar dinero, y en ese caso devolverlo al Estado, es decir, a todos los españoles que hemos pagado este festín. Pero desde luego, esto no es lo que está ocurriendo.
La SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), es una entidad privada (45% capital estatal) que, con el argumento de ayudar a sanear el sector financiero español, nos está llevando a muchos a pensar que, en el mundo de los negocios español, si la operación sale bien, todo serán ventajas, pero si sale mal, ya vendrán otros a sacarnos del atolladero.
La banca con su excesiva exposición al sector inmobiliario, y el gobierno, en su deseo de no dejar caer a ninguna entidad bancaria, nos han llevado a pagar un alto precio por una fiesta a la que los ciudadanos no hemos sido invitados.
Pero esta semana, ha saltado a la prensa una nueva noticia que nos ha preocupado e indignado, si cabe, todavía más. Se trata de la forma de operar del banco malo, que como su nombre indica, solo es bueno para unos pocos.
Según esta información, La Sareb ha adjudicado, una de sus carteras a un fondo buitre. La cartera en sí, está compuesta por 2.500 inmuebles, entre los cuales un mínimo de 140 se encontraban ya reservados por clientes particulares -a los que hoy no se garantiza que puedan concluir su operación de adquisición puesto que sus propiedades reservadas entran dentro de un paquete mucho mayor por el que ya hay un fondo interesado-.
Según distintos conocedores del sector, el margen sobre precios que tiene este fondo es del 40% sobre el precio ofrecido a cualquier particular, en atención a la compra de 2.500 inmuebles de golpe.
Y es aquí donde me surgen dos dudas. La primera de ella es si realmente el banco malo está vendiendo a un precio superior al de adquisición. Me cuesta creerlo.
La segunda es: ¿sabemos realmente quien está detrás de estos fondos buitres, que a medio plazo está haciendo tan buen negocio?
Vuelve a asaltarme la idea de que España somos todos, pero unos más que otros.