Madrid. El jurado de los premios Sacyr “Hacemos lo imposible”, presidido por Eduardo Punset, divulgador y científico, ha fallado los premios en las categorías de Periodismo de Innovación Tecnológica y Económica y Gestión de Proyectos Ciudadanos. Tras el estudio y el análisis de
los proyectos finalistas han sido elegidos un artículo periodístico sobre las aplicaciones de la nanotecnología en diferentes disciplinas científicas y un proyecto urbano para transformar las azoteas en un lugar de encuentro vecinal. Además de un diploma acreditativo, el ganador de cada una de las
categorías recibirá una dotación económica de 18.000 euros.
Los Premios Sacyr: “Hacemos lo imposible” son unos galardones que reconocen, estimulan y gratifican valores como la innovación, la creatividad y el ingenio y que, además de otorgar prestigio a los ganadores haciendo públicos sus trabajos, contribuirán a que éstos puedan posteriormente desarrollarse y ponerse en marcha.
El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, se mostró una vez más, satisfecho por la gran acogida que han tenido estos premios y por el interés que han suscitado entre los participantes.
Ángela Posada-Swafford, periodista y corresponsal en Estados Unidos
El jurado acordó la concesión del Premio en la categoría de Periodismo de Innovación Tecnológica y Económica al artículo ‘El poder de lo diminuto’, publicado en la revista Muy Interesante. La autora, Ángela Posada-Swafford, periodista y corresponsal de este medio en Estados Unidos, destaca en el reportaje el desarrollo y las nuevas aplicaciones de la nanotecnología en campos como la industria, la medicina, la seguridad y las energías renovables.
De la mano de Margaret Blohm, directora y fundadora del Programa de Tecnología Avanzada de General Electric, en Niskayuna (Nueva York, EE UU), Swafford nos descubre las investigaciones que se llevan a cabo en su Laboratorio de Nanotecnología, uno de los más avanzados del mundo en “la ciencia de lo ultradiminuto”.
Juan Carlos Sansegundo y Marta Pérez Castañer
En el apartado de Gestión de Proyectos Ciudadanos, el trabajo ganador fue ‘Derecho de vuelo’, una iniciativa del arquitecto técnico Juan Carlos Sansegundo y Marta Pérez Castañer licenciada en Comunicación Audiovisual para convertir las azoteas comunitarias, generalmente relegadas a espacios vacíos y desaprovechados, en lugares de encuentro, disfrute e interacción entre vecinos. Los autores sostienen que en los últimos tiempos se ha producido la conjunción de dos fenómenos arquitectónicos: la asociación de la arquitectura con el desarrollo sostenible y la propuesta entre los grandes arquitectos de fomentar el uso las cubiertas verdes. Del maridaje de estas tendencias de la bioarquitectura surge la propuesta de actuar y transformar las azoteas para el aprovechamiento comunitario.
Tanto este proyecto como el artículo galardonado representan de forma sobresaliente la filosofía de los premios Sacyr: “Hacemos lo imposible”, que no es otra que fomentar y estimular la innovación, la creatividad, el ingenio, la información de calidad y la excelencia. “A los biólogos de la Nasa se les decía que cuando detectaran en el espacio algo que está descontrolado, enfocaran sus esfuerzos en ese punto, porque ahí podría haber vida. Este es el espíritu de los Premios Sacyr: fomentar la investigación y el análisis para descubrir dónde pueden estar los grandes avances del futuro”, manifestó Punset durante la reunión de los jurados.