El mercado inmobiliario español, una esfera tradicionalmente dinámica y vital para la economía del país, se enfrenta a un desafío significativo a principios de 2024: el aumento de la morosidad hipotecaria. Este fenómeno, que se está haciendo notar de manera creciente en las entidades bancarias, podría tener profundas implicaciones tanto para los consumidores como para los actores del sector inmobiliario.
Según Tecnotramit, una de las principales empresas de servicios a entidades financieras y compañías inmobiliarias de España y Portugal, este aumento de la morosidad es un síntoma de varios factores subyacentes que están influyendo en el mercado. Vicenç Hernández Reche, CEO de Tecnotramit, identifica tres elementos clave que están frenando la compra de viviendas y que probablemente marcarán el rumbo del sector inmobiliario en este año: la subida de tipos de interés, las incertidumbres sobre la evolución macroeconómica y la inestabilidad jurídica que, según sus palabras, «demoniza la figura del propietario en España».
La subida de los tipos de interés es particularmente notable porque, aunque no se ha reflejado en un aumento de los precios de las viviendas –que siguen en alza–, sí ha afectado el número de operaciones inmobiliarias. Los bancos, observando este escenario, podrían verse obligados a incrementar sus requisitos para la concesión de hipotecas. Esta medida, aunque prudente desde una perspectiva de gestión de riesgos, podría limitar el acceso al mercado inmobiliario para aquellos que no cuentan con suficiente poder financiero.
El análisis de Tecnotramit sugiere que estamos ante una situación de mercado más saneada y profesional en comparación con recesiones anteriores. Los bancos ahora operan con criterios de riesgo menos laxos, las promotoras se encuentran en una mejor situación económica, y los intermediarios y gestores inmobiliarios están más profesionalizados. Sin embargo, el aumento de la morosidad hipotecaria podría representar un retroceso en estos avances si no se aborda adecuadamente.
En este contexto, Hernández Reche destaca que uno de los principales retos del sector inmobiliario para este año es incrementar el parque residencial, reducir la burocracia administrativa y disminuir la presión fiscal sobre la vivienda. El acceso a la vivienda es considerado un derecho, pero paradójicamente, es uno de los bienes con mayor carga impositiva. Abordar estos desafíos no solo mejoraría las condiciones del mercado sino que también fomentaría una mayor equidad en el acceso a la vivienda.
Además, Tecnotramit señala que el futuro del sector inmobiliario pasa también por la sostenibilidad. Los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) están ganando importancia entre los consumidores y los inversores. Las empresas del sector que no se adapten a este cambio en la asignación de capital podrían enfrentarse a impactos negativos significativos. Los edificios, como grandes generadores de emisiones de CO2 y con una elevada huella de carbono, representan una oportunidad de cambio para la industria. La expectativa de que las directivas europeas sean más estrictas con el sector de la construcción, lejos de ser una amenaza, se presenta como una gran oportunidad para la innovación y la reinvención en la industria inmobiliaria.