Madrid. Las prácticas abusivas de los bancos siguen estando en el ojo del huracán y cada vez con más pleitos judiciales provocadas por las mismas. Cláusulas de suelo de las hipotecas, las polémicas preferentes y ahora también los créditos multividisas.
Fueron una práctica seguida por algunos clientes –no muchos, la verdad– que, en lugar de referenciar el préstamo hipotecario en euros, optaron por hacerlo en otras divisas con el objetivo de optar a un tipo de interés más bajo que el que se daba en la zona euro cuando se contrató el préstamo. Hablamos de la situación que se daba entre los años 2005 y 2008.
Pues bien, la complejidad del producto le ha servido a un juzgado de Barcelona para sentenciar la nulidad de uno de estos préstamos, otorgado en su día por Catalunya Caixa, porque el cliente no recibió la información suficiente acerca de las obligaciones que asumía al firmar un préstamo hipotecario bajo estas condiciones.
En una primera reacción a la sentencia, desde la asociación ASODEHIM (la Asociación para la Defensa de los hipotecados en multidivisa) creen que la consecuencia será que el préstamo hipotecario se dará por pagado como si fuera en euros, reduciéndose por tanto en la cuantía correspondiente el capital.
La firma de hipotecas en yenes o francos suizos se ha convertido en un verdadero drama para quienes las firmaron. Lo hicieron porque en 2007, por ejemplo, un euro cotizaba a 165 yenes, y las cuotas salían a cuenta. Ahora, con la moneda europea devaluada en un 60% respecto a la nipona, resulta que las mensualidades han subido en ese mismo porcentaje. La consecuencia, que muchos no han podido pagar.
Supongamos que alguien, a mediados de 2007, firmó una hipoteca de 200.000 euros por comprar su casa. A un cambio de 165 yenes por euro, se quedaba en 33 millones de yenes a 30 años. Se fijó con un tipo de referencia de líbor (interés en el mercado de Londres) mes del yen más un 1%, que en aquel entonces se situaba en el 0,6% + 1%= 1,6% anual.
La letra pequeña señala que la amortización será en la moneda japonesa y se repartirá en 360 cuotas mensuales de 115.500 yenes. El primer mes, entonces, se pagaron 700 euros. Un negocio redondo. Pero, tras cuatro años de subidas del yen, el pasado año en lugar de a 165 yenes, un euro estaba por debajo de los 100, con lo que el desembolso mensual se disparó casi un 70%, y en lugar de pagar 700 euros, tendría que desembolsar 1.200. Y no solo sube la cuota mensual, también el capital vivo del préstamo en el mismo porcentaje. Una ruina. Imagínense si en lugar de 200.000 euros se pidieron 500.000. Para pegarse un tiro.