Madrid. Todos aquellos que compraron su vivienda financiada con un crédito hipotecario en los tres últimos años estarían hoy, de no contar con otros activos, en quiebra técnica si decidieran venderla, ya que la cantidad financiada es superior al actual precio de mercado del bien adquirido.
Son unas 320.000 familias las que se hallan en esta tesitura, si se tienen en cuenta la información del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre hipotecas nuevas firmadas y el porcentaje de esos créditos que supera el 80% del valor de tasación, que da a conocer trimestralmente el Banco de España.
El hecho de que el saldo vivo de cientos de miles de créditos hipotecarios supere al precio que obtendría el activo hipotecado en el mercado tiene mucha importancia para quienes se quedan sin trabajo y para hacer frente a la deuda tienen que acabar vendiendo su casa. Además, en lugar de contratar préstamos al consumo para la compra de coche, electrodomésticos o cualquier otra clase de bienes, optaban por ampliar el capital de sus hipotecas o suscribir una nueva gracias a la constante y en apariencia eterna revalorización de las viviendas.
Las últimas cifras publicadas también por el Banco de España aseguran que aproximadamente el 11% del crédito con garantía hipotecaria que se firma en España en la actualidad es para cualquier compra menos la de casa.
Así, al no tener margen para seguir ampliando el capital de la hipoteca, muchos hogares pospondrán algunas de sus decisiones de compra. Más malas noticias para la economía española, tan dependiente del consumo privado, ya que esta situación a corto plazo no tiene visos de mejorar.
Los principales expertos no auguran alzas de precios hasta dentro de al menos dos años y los hay que van más lejos. El Instituto Juan de Mariana acaba de asegurar que los inmuebles deberían depreciarse otro 24% adicional para borrar cualquier rastro de la burbuja y no lastrar la recuperación.