La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona tramita la transformación del Puerto Olímpico en un auténtico espacio ciudadano de 48.000 metros cuadrados abierto al mar.
El objetivo es que los vecinos y las vecinas lo hagan suyo y potenciar las actividades náuticas populares para huir del modelo actual basado en el ocio nocturno. Se prevé que las obras comiencen a finales de año y que estén terminadas en el 2022.
El plan prevé un puerto ciudadano de 48.000 metros cuadrados, 24.000 más que ahora, más bien integrado en la trama urbana con zonas de paseo y estancia, y espacios portuarios dedicados a la náutica, el deporte y la divulgación.
La transformación prioriza las necesidades vecinales y se aleja del modelo actual de ocio nocturno centrado en el turismo.
El plan se ha trabajado con el vecindario, los agentes del puerto, grupos medioambientales y grupos municipales.
La remodelación del Puerto Olímpico incluye la reordenación de las terrazas, las plazas de aparcamiento (que se reducirán en superficie) y las vías de circulación para conseguir un espacio de alta calidad, diáfano y permeable donde los peatones se puedan mover con comodidad.
Con estas actuaciones, se pasará de los 13.838 metros cuadrados de espacio público actuales a 48.616 metros cuadrados, con más zonas de paseo pacificadas, como el espigón de la Marina, y nuevas conexiones entre la playa, el puerto y la ciudad que ayudarán a integrar el frente marítimo en la trama urbana.
Además, la transformación prevé también mejoras en cuanto a la infraestructura y la gestión de residuos.
Los trabajos empezarán este año y se terminarán el 2022. Antes, el 2020, la gestión del puerto habrá pasado a ser ciento por ciento municipal, y se llevará a cabo la concesión de los espacios para nuevos usos náuticos.
Para ejecutar la actuación se invertirán 39 millones de euros, que se autofinanciarán con los ingresos de la comercialización de locales y amarres.