La histórica estación del Norte, como se conocía antes, o de Príncipe Pío, como es conocida ahora por todos los madrileños, va a ser finalmente rehabilitada. Dos décadas después de que dejara de funcionar, su nave principal está a punto de ser adjudicada por Adif. Los esporádicos rodajes de anuncios y películas van a dejar paso a la implantación de una actividad regular, relacionada con usos recreativos.
Dos empresas han presentado ofertas para alzarse con la adjudicación del edificio histórico de cabecera para gestionar, en régimen de alquiler, un complejo de 6.046 metros cuadrados, ubicado al lado de un centro comercial. A ello se suman espacios libres anexos con una superficie de 3.429 metros cuadrados.
El objetivo de arrendar este complejo se enmarcaba en el plan de optimización de activos no directamente vinculados a la actividad ferroviaria, y busca restaurar el edificio, generar actividad económica, contribuir a la regeneración de la zona y recuperar un edificio histórico que lleva más de dos décadas sin actividad.
Adif plantea una renta fija y una variable si bien se fijó una renta mínima garantizada de 150.000 euros al año. El periodo de arrendamiento se fija en 50 años y se estimaba obtener ingresos superiores a los 7 millones de euros con la concesión de explotación del complejo. Adif también ha realizado estudios que concluyen que el coste del proyecto sería de aproximadamente ocho millones de euros.
El canon será menor durante los cuatro primeros años, al pagar el adjudicatario una renta fija de 50.000 euros, que no se actualizará con el IPC hasta el sexto año. Además, se pagará un porcentaje sobre los ingresos de la explotación.
El edificio se encuentra en un deficiente estado de conservación y es necesario proceder a su restauración integral, teniendo en cuenta que se trata de un inmueble protegido por lo que las obras se tienen que adecuar a las exigencias legales establecidas en función de su grado de protección.
Por ello, las técnicas constructivas y los materiales a emplear deberán ser acordes con el conjunto. El edificio está catalogado y cuenta con un nivel de protección 1, singular y está afectado por protección normativa de rango superior como monumento. También está declarado Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid.
El edificio se tiene que considerar como una unidad y no se puede modificar ni su configuración arquitectónica ni histórica. Hay que mantener desde su distribución hasta los elementos que contiene.