Nuevo revés para el cooperativismo residencial en Madrid. El Ayuntamiento de la capital, a través directamente de su alcaldesa, Manuela Carmena, acaba de comunicar a los cerca de 450 cooperativistas y a Ibosa, la empresa promotora que, en noviembre de 2014, resultaron adjudicatarios del suelo de las cocheras de metro de Cuatro Caminos por más de 88 millones de euros, que el proyecto presentado por Residencial Metropolitan incumple el plan general y que será desestimado.
Como contrapartida a dejarles sin sus casas, por las que se han endeudado en una media de 175.000 euros, la alcaldesa y el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, transmitían a los afectados la voluntad del Gobierno municipal de ayudar en todo lo posible para que se reformule la propuesta.
La iniciativa, presentada el pasado 8 de abril por Residencial Metropolitan, incluía las certificaciones de titularidad, la encomienda de gestión de Metro a favor de la Cooperativa, el Plan Parcial para la ordenación pormenorizada del ámbito, el proyecto de urbanización, la propuesta de convenio urbanístico, el estudio medioambiental y el anuncio de la iniciativa con las publicaciones legalmente establecidas.
Toda esta documentación fue examinada por los técnicos municipales, quienes realizaron un informe técnico que se incorporó al requerimiento para la subsanación de deficiencias con fecha 4 de mayo, en el que se señala que, si bien la propuesta integra la documentación mínima exigible, se observa que algunos de los documentos presentan deficiencias en cuanto a su contenido y documentación, apartándose de los objetivos del Plan General.
Entienden los técnicos municipales que el Plan Parcial y proyecto de urbanización presentados se apartan de los objetivos recogidos para este ámbito, debido a que al mantenerse las cocheras en su cota actual y la zona verde proyectada entre tres y siete metros respecto de las calles que la delimitan, en más de la mitad de su perímetro, la solución de continuidad entre la zona verde y las calles se resolvería mediante un muro vertical de hasta seis metros de altura.
El proyecto, tras demoler las cocheras, contemplaba la construcción de casi 450 viviendas -60 de ellas protegidas- así como el soterramiento de las cocheras existentes, la creación de un gran parque público de 16.000 metros cuadrados y la intercomunicación entre las calles Bravo Murillo, Reina Victoria y Pablo Iglesias.
Una parte de esas viviendas quedarían concentradas en el tercer edificio residencial más alto de Madrid, con un total de 25 plantas sobre la base de un proyecto arquitectónico singular y futurista, con tres terrazas de acceso comunitario concebidas como jardines colgantes hacia el skyline de Madrid.
El ámbito cuenta con cuatro parcelas de uso residencial, con una edificabilidad de 58.500 metros cuadrados, más otra parcela de 4.010 metros destinada a uso terciario.